Ahorra Energía

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
WhatsApp

Estos días estamos parece que acostumbrándonos a leer y a oír por todas partes que la factura de la luz alcanza nuevos récords. El precio de la energía está cada vez más caro, y por mucho tope que le pongan al precio del gas en España, la cosa va a seguir subiendo gracias a nuestro «querido amigo» Putin. El caso es que lo más práctico es que nosotros mismos empecemos a tomar medidas y ahorrar lo máximo posible en nuestras casas u oficinas.

Una de las mejores instalaciones de las que podemos tirar es la de las energías renovables, que provienen de recursos naturales que no se agotan y a los que se puede recurrir de manera permanente. Su impacto ambiental es nulo en la emisión de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono. Se consideran energías renovables la energía solar, la eólica, la geotérmica, la hidráulica y la eléctrica. También pueden incluirse en este grupo la biomasa y la energía mareomotriz.

Son la alternativa más limpia para el medio ambiente, que se encuentran en la naturaleza en una cantidad ilimitada y, una vez consumidas, se pueden regenerar de manera natural o artificial. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), frente a las fuentes convencionales, las energías renovables son recursos limpios cuyo impacto es prácticamente nulo y siempre reversible.

Energía solar

Recogiendo de forma adecuada la radiación solar, se puede obtener calor y electricidad. El calor se logra mediante los captadores o colectores térmicos, y la electricidad, a través de los denominados módulos fotovoltaicos. El calor recogido en los captadores puede destinarse a satisfacer numerosas necesidades. Por ejemplo, se puede obtener agua caliente para consumo doméstico o industrial, o bien para dar calefacción a nuestros hogares, hoteles, colegios, fábricas, etc. Incluso podemos climatizar las piscinas y permitir el baño durante gran parte del año. La energía solar térmica puede ser perfectamente complementada con otras energías convencionales, para evitar la necesidad de grandes y costosos sistemas de acumulación. Así, un edificio bien aislado puede disponer de agua caliente y calefacción solares, con el apoyo de un sistema convencional a gas o eléctrico que únicamente funcionaría en los periodos sin sol. El coste de la energía convencional sería solo una fracción del que alcanzaría sin la existencia de la instalación solar.

Además, otra de las más prometedoras aplicaciones del calor solar es la refrigeración durante las épocas cálidas, precisamente cuando más soleamiento hay.

Energía geotérmica

La energía geotérmica es una de las fuentes de energía renovable menos conocidas y se encuentra almacenada bajo la superficie terrestre en forma de calor y ligada a volcanes, aguas termales, fumarolas y géiseres. Por tanto, es la que proviene del interior de la Tierra. Su funcionamiento básico es la extracción del calor contenido en la corteza terrestre, mediante el empleo de sistemas de captación y líquidos anticongelantes, que se produce el intercambio de calor entre la tierra y su hogar.

¿Cómo se genera? Pues para utilizar las calorías almacenadas en la tierra, la técnica geotérmica utiliza un circuito frigorífico basado en un principio termodinámico. El calor, que se regenera constantemente por los efectos del sol, la lluvia y el viento, es extraído por medio de un captador exterior enterrado a 60 cm de profundidad aproximadamente o de una sonda geotérmica vertical, de 100 a 200 metros de profundidad. Esta red de serpentines, invisible e inalterable, está dispuesta bajo el suelo del jardín. Un generador termodinámico permite aprovechar esta energía renovable restituyéndola en el interior de la vivienda por medio de un circuito de distribución. Las calorías, que vienen del captador exterior y del generador, garantizan la calefacción de todas las habitaciones de la casa.

Biomasa

Esta energía es la procedente del aprovechamiento de materia orgánica animal y vegetal o de residuos agroindustriales. Incluye los residuos procedentes de las actividades agrícolas, ganaderas y forestales, así como los subproductos de las industrias agroalimentarias y de transformación de la madera. La biomasa se obtiene a partir de residuos de origen biológico y se utiliza principalmente para la producción de energía térmica, aunque también se puede producir electricidad. Es ideal para sustituir las calderas de gasoil o propano.

Esta energía canaliza los excedentes agrícolas alimentarios, permitiendo el aprovechamiento de las tierras de retirada. Y además, el precio del combustible de los pellets es estable y no se ve afectado por el aumento progresivo del precio que sufren los combustibles derivados del petróleo o el gas.

Adapta tu hogar

Y por supuesto, adapta tu hogar, oficina o comercio para que sea lo más eficiente posible.

Aislamiento térmico: puedes aislar las paredes exteriores de tu vivienda sin hacer obras. CrearSur nos lo explica:

El aislamiento insuflado o inyectado, es la forma más rápida y fácil de aislar tu alojamiento para obtener aislamiento térmico y acústico sin obras, sin problemas y sin pérdida de espacio en tu vivienda.

Es una técnica de aislamiento térmico sin obra para aislar casas o alojamientos con paredes con cámara de aire o de doble hoja,.

El aislamiento inyectado consiste en insuflar aislante a granel en las cámaras de aire que estén vacías, el material aislante se reparte por toda la cámara de aire. Es un sistema de aislamiento térmico sin puentes de contacto evitando la  circulación de aire libre, impide la entrada de frío o calor hacia el interior de la vivienda, minimizando perdidas energéticas de tu hogar.

Ventanas Eficientes:

En muchas casas existe la costumbre de tener la calefacción encendida a todas horas en invierno y aún así, pasar frío; y de sufrir el calor excesivo en verano, aún con aire acondicionado. Pasan los años y no se hace nada… Conocer dos datos puede ser suficiente para convencerse y cambiar las ventanas. El primero es este: el consumo de energía en calefacción y aire acondicionado supone el 45-50% del consumo de la vivienda. El segundo: la instalación de ventanas eficientes puede reducir hasta el 70% las pérdidas energéticas. Conclusión evidente: que el primer porcentaje de consumo se reduce cuando la casa está bien aislada en su envolvente, su piel.

En lo que se refiere a la fachada, las ventanas eficientes, y también los materiales aislantes, logran en primer lugar reducir el consumo energético de la vivienda, pero tienen dos beneficios inmediatos para los que la habitan: aislamiento acústico y confort térmico. En definitiva, instalar ventanas eficientes supone vivir en una casa más respetuosa con el medio ambiente, porque se consume menos energía, pero también conlleva un ahorro real de dinero y disfrutar de mayor bienestar puertas adentro en los meses cálidos y en los fríos.

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
WhatsApp

No se pierda ninguna noticia importante. Suscríbase a nuestro boletín.

Scroll al inicio