Como hacer negocios duraderos en el tiempo

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Las marcas empresariales son uno de los pocos elementos del mercado que tienen un valor inmaterial, es decir, no tienen un valor que se pueda anudar a un bien físico. Son creaciones intelectuales que nos permitan asociar unos principios a un símbolo distintivo que se imprime sobre los diferentes productos o servicios de una marca.

Hay marcas que tienen un valor muy difícil de calcular, pensemos en McDonalds, Zara, Apple o cualquier marca con un renombre realmente potente, ¿quién no quiere tener una marca así? Sería muy difícil encontrar a una persona que no quisiera ser el propietario de una marca con las características de una de las mencionadas. Y la siguiente pregunta, ¿estas marcas pueden ser tan notorias empezando de cero?

La respuesta es si, y el más claro ejemplo de ello lo encontramos en Catalinos, una empresa Textil creada hace más de 60 años y ubicada en Albatera, mayorista de ropa al por mayor, distribuidores y fabricantes para toda España de productos textiles, que se ha hecho famosa gracias a la calidad de sus productos y a la variedad de sus colecciones.

En el artículo de hoy vamos a hablar precisamente de una de las características que tienen estas marcas de renombre, el tiempo. Vamos a ver cuáles son los diferentes puntos en los que un emprendedor debe fijarse a la hora de crear una marca, para así crear una empresa con el potencial para tener fama y un valor inmaterial incalculable.

La clave está pensar en los beneficios en el largo plazo

La senda que conduce al éxito difiere en cada empresa. Existen oportunidades, trampas y cambios que deben superarse para lograr convertir una buena idea en un negocio de éxito. Sin embargo, superar los primeros problemas que un emprendedor se encontrará en su nuevo negocio son una mezcla de las palabras visión y flexibilidad.  La manera en la que se implemente esta mezcla será la clave del éxito de los nuevos negocios en el largo plazo.

Aunque no lo parezca, gran parte del éxito de una empresa a lo largo de los años se consigue en las etapas iniciales del negocio. Es justo en esos primeros momentos cuando es inculcan en la empresa factores fundamentales como la cultura, la diferenciación y el compromiso que el cliente tiene con el negocio.

Las ideas de negocios que son el germen de toda nueva empresa, deben tener la suficiente calidad como para permitir al empresario entregar algo diferente al  consumidor. No basta con una referencia que sea buena. También debe constituir una novedad. De esa forma será capaz de lograr que la visión del negocio esté capacitada para responder a la gran pregunta de la que depende el éxito o el fracaso de un negocio: ¿qué me hace ser único?

Algunas veces las historias de éxito de una empresa pasan por un fundador, en cual en su día fue un emprendedor, que se aferró a su visión de éxito y a su plan de negocios inicial, y que no vaciló aunque se le conminó a hacerlo. Ellos fueron capaces de ver un futuro para la compañía y no abandonaron nunca ese camino.

Pues bien, quizá esta estrategia sirvió en ocasiones. Sin embargo, esa es también la historia de muchas empresas que ya no están entre nosotros. Sin escuchar al mercado y a nuestros clientes es probable que no exista futuro. En los negocios, y más en las primeras etapas, construir un concepto y una visión es importante. Pero ser ágil y abierto a las nuevas ideas es la llave a la longevidad de la compañía.

Para ser capaces de crear una cultura válida para los objetivos marcados, el liderazgo de la compañía también debe estar involucrado en las personas que se contratan en esos primeros momentos. Será la única forma de asegurarse que se cuenta con el equipo adecuado para alcanzar las metas. Esto es esencial, ya que equivocarse con estos primeros empleados, hará que los siguientes también sean erróneos, ya que estos últimos se fijaran en los veteranos.

Pero no olvidemos que el cliente debe ser el centro de todo. Y eso solo se puede conseguir si toda la empresa es consciente de la situación y se vuelca a la hora de solucionar cualquier problema. No basta con la existencia de un departamento que atienda al cliente. Todos han de trabajar con el objetivo de lograr mejoras continuas de esa relación con el cliente. Será la única posibilidad de alcanzar un éxito duradero.

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