La educación debe ser un valor universal, que no excluya a nadie y que apueste por la integración de personas que formen parte de contextos sociales de lo más diversos. Esta es una percepción que se comparte por buena parte de la población española, pero que en la práctica parece estar siendo dejada de lado por alguno de los poderes públicos, especialmente a causa del alto coste que tiene una matrícula en los tiempos que corren. Un coste que, desde luego, ni es justo ni está justificado. Y es que lo que se está viviendo en España a causa de esto no es normal.
Uno de los problemas que han existido tradicionalmente en este país ha sido el que está relacionado con la falta de oportunidades para la gente que no se encontraba en edad de estudiar. La verdad es que hemos ido tarde en este asunto en comparación con el resto de Europa, a pesar de lo cual, y muy poco a poco, hemos empezado a trabajar de una mejor manera en este asunto. Y es que no son pocas las personas que, sin tener una edad natural para estudiar, deciden embarcarse en un proyecto tan bonito como este.
En España tenemos un problema educativo que tenemos que solucionar cuanto antes mejor. Según una noticia que fue publicada en el diario El Mundo, el 35% de los jóvenes españoles que tienen entre 25 y 34 años no tiene ni siquiera el Bachillerato, algo que pone de manifiesto que existe de verdad ese problema que denunciamos y que tenemos mucho trabajo por delante para intentar solucionarlo. Por suerte, y relacionando esta información con la que ofrecíamos en el párrafo anterior, son muchas las personas que, en estos momentos, están intentando remediar eso sacándose no solo el Bachillerato, sino también una carrera universitaria.
Está clara una cosa: que no es igual enseñar a un adolescente que a una persona de mediana edad. Seguro que muchas de las personas que tengáis nociones sobre magisterio y que estéis leyendo este artículo lo sepáis de primera mano. Los procesos no son los mismos y las dificultades pueden ser otras. Hay que seguir otros cauces educativos y preparar otro tipo de actividades. Y eso requiere de la presencia de profesionales especializados en este tipo de formación y educación. Y es que la especialización, una vez más, es la llave del éxito.
En un momento como el actual, la educación en España es algo que a lo que todo el mundo quiere tener acceso. Y es algo que se debe facilitar de parte de todas las instituciones públicas y privadas de este país. Una de las cuestiones que mejor ejemplifica lo que acabamos de comentar es el hecho de que cada vez hay personas mayores de 25 años que quieren acceder a la universidad. Así nos lo han comentado los regidores de la página web Acceso a la Universidad para Mayores de 25, que también nos han asegurado que la especialización en un campo como este es tremendamente importante a la hora de garantizar una educación de calidad, y de éxito.
Tenemos margen de mejora
Lo que sí es cierto es que en España tenemos margen de mejora en lo que respecta a la educación de las personas mayores. Bien es cierto que existe una buena cantidad de academias especializadas en hacer que muchas personas obtengan la preparación suficiente como para superar las pruebas de acceso a la universidad y comiencen a estudiar la carrera por la que suspiran. Pero no cabe la menor duda de que todavía es mejorable la información que se puede proporcionar al respecto desde las autoridades públicas.
Las ventajas sociales que tiene ofrecer servicios de este tipo son realmente relevantes. En primera instancia porque contribuye a mejorar el nivel cultural de la población española, algo que siempre hace falta y que nunca está de más. Y, en segunda instancia, porque nos permite combatir esos datos de los que hablábamos antes y que manifestaban que más de un tercio de las personas entre 25 y 34 años no tenía Bachillerato en España. Desde luego, un arma como la educación para adultos puede llegar a ser muy eficaz para ello.
Mejorar año a año es algo que vamos consiguiendo. Y lo hacemos gracias a la especialización de muchas de las empresas que son fundadas para instruir a personas mayores de 25 años. Es algo tan relevante que negarlo sería estúpido. Hay que seguir apostando por esta especialización y por seguir convenciendo a la sociedad de que nunca es tarde para aprender cosas y para obtener graduaciones. Esto no es algo que tenga que estar reservado a los jóvenes. Aunque ellos son los principales protagonistas en la educación, no están solos.