Vivimos en un mundo en el que la tecnología ha empezado a ser el arma principal para conseguir una vida cómoda y que cumpla con los objetivos que nos hemos planteado para un determinado proyecto empresarial o personal. El tipo de tecnología con el que solemos estar más en contacto suele ser el relacionado con el mundo digital, caracterizado a día de hoy por las redes sociales y todas esas aplicaciones web que hacen que exista un mundo paralelo al físico, un mundo paralelo que tiene una importancia creciente con el paso de los años y que va a seguir desarrollándose tanto a corto como a medio plazo.
Sin embargo, la tecnología es mucho más que eso. La tecnología también se viene utilizando de manera recurrente para facilitar la producción en un determinado contexto industrial. Es esa tecnología la que nos ha permitido ganar en eficacia y eficiencia en los últimos años, hasta tal punto que hemos sido capaces de salir rápidamente de una crisis económica como la que se produjo en el año 2007 y la que se ha derivado de una situación tan complicada como el coronavirus. A través de la mejora de los procesos productivos, las empresas han encontrado la capacidad para ser competitivas en un mercado cada vez más exigente.
Pero es que la tecnología ha tenido también otras aplicaciones como la que se puede relacionar directamente con la venta online. Seguramente haya mucha gente que no se acuerde, pero el consumo que las empresas de la economía española estaban intentando hacer crecer durante la crisis provocada en el año 2007 se empezó a desarrollar gracias a los sistemas de venta online, que ha hecho posible que las personas ya no tengan que salir de casa para comprar y puedan ejecutar su compra de la manera más rápida posible. Se ha promovido con ello el consumo de una manera muy inteligente y que se va a mantener durante el futuro.
En los párrafos que siguen queremos hacer incidencia en la relevancia que ha tenido la tecnología sobre todo desde el punto de vista industrial. Optimizar procesos ha sido básico para que una empresa pueda reducir sus costes, reducir de esa manera el precio de los productos que se encarga de comercializar y sobre todo reducir los tiempos en los que la fabricación de un determinado producto está en curso. Todo ello ha hecho posible que la competitividad que existe ahora en el sector industrial sea más grande que en ningún otro momento de la Historia y que las empresas dispongan de más oportunidades de mercado que nunca, algo que han agradecido y que les ha permitido crecer en imagen y en facturación, dos de los factores de los que vive todo negocio habido y por haber.
Uno de los ejemplos que mejor define esa mejora en el crecimiento industrial tiene que ver con el embalaje, uno de los temas en los que más maquinaria se ha generado en los últimos tiempos y más se ha conseguido mejorar los procesos. Ni que decir tiene que estamos ante una de las actividades más importantes que se pueden desarrollar en el seno de una fábrica. Es una de las actividades que se realizan en último lugar, que proporciona una imagen más interesante para nuestro negocio y que terminan se ofrecer una presentación que es clave para el resto del trabajo productivo. Si el embalaje no funciona como debe, el resto del proceso se puede haber realizado en vano. Y esa sí que sería una verdadera lástima.
Una de las mejores maneras de conocer en qué estado se encuentra un sector como el del envasado de productos es encontrar algún informe relativo a esta actividad en Alimarket. Os hemos dejado un enlace en el que se proporciona la manera de acceder al informe relativo a este sector, que viene creciendo en los últimos años y que viene proporcionando un servicio que es básico para la presentación de cada producto y para su seguridad en el transporte. Y es que de todo esto va a depender el volumen de venta de dicho producto y de su grado de aceptación entre los consumidores.
Una de las herramientas y máquinas que mejor define la mejora de la productividad que se viene experimentando en el sector industrial en los últimos años es la máquina de envasado. No todas las industrias la han tenido a lo largo de su existencia, pero es cierto que su presencia ha ido creciendo progresivamente entre las fábricas españolas, especialmente en las que se dedican a la industria alimentaria. Es este modelo de industria el que más ha apostado por ellas, tal y como se muestra en los registros de los que disponen en Envasef, una entidad especializada precisamente en líneas de envasado.
Además, el perfeccionamiento de la maquinaria dedicada a envasar ha sido tal que se ha podido reducir la cantidad de errores que se producen en este proceso de una manera bastante importante. La tasa de envases que salen defectuosos es residual y lo cierto es que esta es otra de las razones por las cuales las empresas que disponen de maquinaria como de la que estamos hablando han reducido sus costes de producción de una manera muy importante en los últimos años. Y también ha sido este uno de los grandes motivos por el que muchas entidades del mundo de la alimentación han decidido abrazar definitivamente una tecnología como esta.
La industria de la alimentación necesita fiabilidad
Ya que hemos explicado la relevancia que tiene una maquinaria como la del envasado en el sector de la alimentación, vamos a seguir hablando precisamente de esta rama industrial. Debemos tener en cuenta que la industria de la alimentación no se puede andar con rodeos a la hora de presentar sus productos en el mercado. La gente es muy exigente con la calidad de estos productos porque a fin de cuentas son los que se lleva a la boca… y si un envase no es de la calidad suficiente, es posible que el alimento que contiene pierda mucha calidad. Las empresas encargadas de la producción de alimentos son perfectamente conscientes de ello y por eso no dudan en apostar por maquinaria especializada en este asunto.
Además, no nos podemos olvidar ni siquiera por un momento que las empresas que forman parte de la industria alimentaria están sometidas a estrictos controles de calidad, controles que también tienen en cuenta un elemento como lo es el envase que contiene el alimento. Si el envase no cumple con el estándar de calidad que se requiere o si se considera que puede dañar al producto que contiene, es obvio que vamos a tener que cambiarlo por otro modelo. Da lo mismo que el producto sea perecedero o no. Si el envase no cumple su función, pierde todas las opciones de ser usado para contener un alimento.
Son muchas las empresas del negocio de la alimentación que han sufrido problemas en los controles de calidad a causa de no haber contado con los envases que se requerían para sus alimentos. Es posible que una inspección sanitaria nos impida su comercialización, pero también puede ocurrir que, aunque el envase sí pase ese control, muchos supermercados denieguen adquirirlo para después venderlo al por menor al entender que ese envase no es lo suficientemente cómodo, llamativo o higiénico para exponerlos en sus lineales. A fin de cuentas, eso es imagen y las empresas de la alimentación, como muchas otras, cuidan de esa imagen por encima de todas las cosas.
No nos cabe la menor duda de que la apuesta por las máquinas de envasado va a ser todavía más recurrente en los próximos años en empresas ya no solo de la alimentación, sino de otros muchos sectores industriales. Está claro que todo aquello que nos hace ser más rápidos, más eficaces y más competitivos es algo que nos va a ayudar y de lo que no nos podemos permitir el lujo de prescindir. Quien no disponga de estas herramientas, va a tener menos posibilidades ya no solo de facturar más, sino también de desarrollar su negocio durante los meses y años que siguen. En un mercado tan competitivo como el que tenemos a día de hoy, eso es un suicidio.
Cada emprendedor tiene la libertad de dirigir su negocio del modo en que considere más adecuado. Y hay muchas maneras de conseguirlo. Sin embargo, ninguna de esas maneras va a estar ligada al hecho de prescindir de una máquina de envasado, que ofrece un producto que prácticamente va a dar por terminado un proceso productivo y que va a contener el fruto de nuestro trabajo en un centro de trabajo industrial. El envase en el que se contiene un producto, a fin de cuentas, forma parte de la primera imagen que nos llevamos al ver un determinado bien en el mercado, así que tiene una enorme influencia en la decisión de compra del cliente.