La psicología, frente a la ansiedad, estrés y depresión

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En el año 2013 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el día 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad. Si, la felicidad, la satisfacción de gozar, de disfrutar de algo que se desea, es tan bonita y tan difícil de conseguir, que pocas o muy contadas veces llegamos a alcanzarla. Los problemas de cada día, la salud, la familia, las obligaciones, la economía doméstica, el trabajo, siempre puede haber una situación que lleve a una persona a una preocupación, a la angustia, a que nos de miedo a no poder aguantar y llegue a producir un terror generalizado, todo ello ocasiona al individuo una sobrecarga emocional que trastoca su estado de ánimo, su energía física y su capacidad de motivación. En este caso, hay que pararse a pensar que quizás haya llegado el momento de pedir ayuda de un profesional. Dar el primer paso no es fácil, pero es muy importante cuando se necesita ayuda, por ello a continuación os mostraremos como darlo.

¿A dónde acudir?

La psicóloga María Laura Fernández dirige en Barcelona el equipo de psicólogos que forman terapia pSi, especializados en psicoterapia individual, terapia de pareja y psicología infantil, especialidades a las que se dedican en exclusividad, abordando los diferentes temas desde distintos enfoques como psicología, terapia Gestalt, eneagrama, constelaciones familiares en individual, coaching, entre otros según lo que sea conveniente, pudiendo elegir profesional para ser atendido en catalán, castellano, griego o inglés. La terapia que se desarrolla en terapia pSi no se limita a personas que atraviesan problemáticas graves, sino que aportan un enfoque de trabajo que es válido para cualquier momento de la vida, ya que promueve el autoapoyo, la salud y el bienestar personal, ayudando a aumentar la confianza y la autoestima, superando el miedo y la ansiedad, mejorando las relaciones de pareja, trabajo o familia, superando la depresión, ayudando a encontrar el equilibrio y bienestar psicológico, sanando heridas pasadas o actuales y a vivir con mayor plenitud y bienestar. Las especialistas en terapia de pareja, Laura Muñoz y Eleni Charitidou, trabajarán con la pareja para que encuentren tanto el bienestar individual como el equilibrio en la relación.

Para una persona que no es experta, no sabe poner nombre a ese malestar, esa tristeza interior que le embarga, esa falta de ganas de vivir y que no sabe qué le ocurre, veamos algunas de las diferencias entre los siguientes términos:

–       Depresión. Es un trastorno psicológico, que se caracteriza por una serie de síntomas comunes, entre los que podemos destacar la tristeza,  el individuo siente una tristeza interior extrema, no un bajón de un día o dos, sino algo persistente, un sufrimiento que afecta a su vida cotidiana, se siente vacío por dentro, nada tiene sentido ni nada le satisface, pierde todo el interés por las actividades que antes le agradaban, el cansancio físico es importante, duerme poco y mal, no descansa, sufre dolores de cabeza o estómago, puede llegar a tener aumentos o pérdidas de peso, pensamientos suicidas, pérdida de deseo sexual, nerviosismo, irritabilidad, sentimientos de culpa, aislamiento social, etc.

–       Ansiedad. Es una respuesta del cuerpo ante situaciones determinadas situaciones que la persona que lo sufre interpreta como amenazantes o peligrosas, generando un estado de nerviosismo e inquietud importantes. Los principales síntomas son taquicardia, temblores, sudoración, palpitaciones, nauseas, mareos, falta de aire, opresión en el pecho, rigidez y tensión muscular, agobio, inquietud, pensamientos negativos y reiterados, un círculo vicioso del que no pueden escapar, etc. Cuando este miedo o temor es muy intenso puede llegar a ocasionar un ataque de ansiedad.

–       Estrés. La mente se siente estresada cuando entiende que no puede afrontar las demandas que se le están exigiendo, ya sean laborales, familiares, de pareja, provocando un cansancio mental que puede originar problemas físicos y psíquicos. Los principales síntomas del estrés son ansiedad, miedo, irritabilidad, confusión, aislamiento social, falta de concentración, insomnio o problemas para dormir, dolor en el pecho, fatiga, tensión o dolor muscular, etc.

Problemas derivados

Según la especialista Marisa Hernández Torrijo está comprobado que si estas situaciones se prolongan en el tiempo y no se tratan pueden dar lugar a problemas de salud tan graves como enfermedades cardíacas, presión arterial alta o con picos de subida, diabetes, problemas estomacales, envejecimiento prematuro, daños a nivel neurológico como pérdida de memoria, concentración, etc. Por tanto ¿vamos a dejar que un estado temporal de ansiedad nos lleve a una pérdida crónica de calidad de vida o algo peor o vamos a poner remedio al asunto?

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