Hoy en día, el mundo empresarial ve nacer empresas y negocios producto de las ideas en conjunto de amigos, colegas, compañeros de cuarto de la universidad, miembros de la familia y en resumen, cualquiera con quien se pueda crear una sociedad. Así, una conversación cotidiana puede llevar al descubrimiento de una gran idea que les una en sociedad y les permita combinar esfuerzos, habilidades y recursos para la creación de una empresa.
Desde grandes retailers como Baskin-Robbins, hasta pioneros tecnológicos como Hewlett-Packard, las sociedades de negocios han sido una parte importante del éxito de los negocios. Las razones son simples: habilidades complementarias, gastos compartidos y la idea de que una persona con capital económico puede crear sinergia con el capital intelectual de otra persona, de manera que ambos se beneficien. Y es que, en teoría, esta es la mejor forma de emprender una empresa.
Sin embargo, también hay que tomar en cuenta que la gestión empresarial con amigos o miembros de la familia puede llegar a ser complicada, y definitiva para el éxito de la misma.
Lo difícil de la mayoría de las sociedades es que son como los matrimonios: más de la mitad no sobreviven. Hacer que un matrimonio (o en este caso, una sociedad) funcione involucra manejar una serie de asuntos de pareja: ego, dinero, estrés y manejo de gastos.
Mientras que se puede estar de acuerdo en todo al momento de crear la sociedad, las diferencias y malos entendidos inevitablemente surgirán con el paso del tiempo. Por ejemplo, puede pasar que uno de los dos socios se casa y decide que es hora de volver “a la oficina.” O tal vez no estás de acuerdo sobre la compensación, o si se debe gastar su presupuesto de marketing conjunto en un lanzamiento de lujo, alguna campaña o diferente mobiliario para la oficina al que se había imaginado uno en un principio, etc.
Por lo mismo, debemos prepararnos para evitar lo más posible que estas diferencias afecten el desarrollo de nuestro proyecto e incluso, para evitarlas en la medida de lo posible. Un primer paso es hacer algún tipo de acuerdo de colaboración en el lugar de trabajo desde el principio, ya que puede servirles de guía para entender cualquier problema que surja en el camino. No tiene por qué ser un documento de lujo, lo importante es que incluya los aspectos más básicos de la sociedad.
Los errores más comunes que cometen las sociedades
Si estás pensando en atraer a un socio para emprender, considera los siguientes errores:
- Compartir capital en lugar de ganancias
Cuando compartes tu propio capital (ya sea dinero, recursos, información o propiedad) estás automáticamente dándole una parte de tu empresa a otra persona. En un mundo perfecto, tu socio es una persona íntegra y no se sentirá tentada a huir con éste, aún más si es una persona de tu entera confianza, como en el caso de un familiar o amigo.
Sin embargo, el mundo no es perfecto y debes ser muy cuidadoso. Lo más recomendable es que en el contrato especifiques que compartirán los gastos, lo que harás más difícil que alguno se desentienda si las cosas salen mal.
- Asociarte con alguien sólo porque no tienes presupuesto para contratar personal
Éste es un asesino de la sociedad desde el principio, ya que la alianza no viene de un interés mutuo y de una meta compartida que ambos planearan desarrollar por partes iguales hasta el final.
En este sentido, lo mejor es, por ejemplo, realizar un contrato independiente.
- No tener un contrato por escrito y firmado
En una sociedad todo detalle y obligación debe definirse con claridad y más importante aún, ponerse por escrito, bajo el completo acuerdo de ambas partes. También es recomendable acudir a la ayuda de un abogado profesional con experiencia en el ramo, que sea de la confianza de todos los socios.
- Omitir una sociedad limitada
Uno de los principales obstáculos de los acuerdos entre socios es la distribución de las obligaciones que va a tener cada quien. El primer paso para que la distribución no traiga problemas a futuro, es que ninguno sea el encargado de velar por el cumplimiento de las funciones del otro; lo cual se logra con la ayuda de un abogado que les ayude a delimitar muy bien las funciones establecidas en el contrato.
- No tener una estrategia de salida
Así como se hacen acuerdos prenupciales en algunos matrimonios, también se deben hacer para una sociedad. Por eso, en el acuerdo debes definir los términos de salida que permitan que tú o tu socio abandonen la empresa, así como opciones para la otra parte de comprar el resto del negocio, de manera que nadie salga perdiendo en esa situación.
- Tener una sociedad 50/50
Todo negocio, incluso las sociedades, necesita un jefe. Por lo que si apuestas por incluir a un socio, lo mejor es dividir el negocio 60/40 ó 70/30. Así, tú y el negocio tienen a una persona que ejerza la figura de líder y se encargue del control en general.
Consejos para emprender una sociedad con éxito
Ya que sabemos que es mucho lo que puede salir mal en una sociedad de este tipo, debemos aprender a ir un paso adelante y evitar caer en los errores antes mencionados, al menos, lo más posible.
Para lograrlo, el equipo de profesionales en asesoría legal para empresas del Bufete de Abogados Albanés y Asociados, nos proporcionan algunos consejos basados en su experiencia en el área:
- Definir quién está contribuyendo con qué
Lo principal que hay que dejar muy en claro antes de comenzar con la sociedad es que le toca a cada socio en términos de trabajo, tiempo, dinero en efectivo, propiedad, los clientes, etc. Por ejemplo, hay que definir si cada uno tiene planes de trabajar en el negocio a tiempo completo o a tiempo parcial; cuánto va cada quién invertir en términos de dinero, y como será la distribución del trabajo y las ganancias.
Al discutir todas las contribuciones (no importa cuán pequeñas estas sean), ayudarás a evitar el riesgo de que algún miembro sienta que su trabajo que no vale o que está sobrecargado.
- Definir el monto y la forma de pago y repartición de las ganancias
Un acuerdo de asociación también tiene que perfilar cómo se distribuirán los beneficios entre los socios: ¿Cada socio se le paga un salario por su papel en el negocio? ¿Cuánto será este salario? ¿Qué pasa con los beneficios adicionales? O en el caso de haber aportado el 50% del capital del negocio, ¿Las ganancias se dividirán de la misma manera?
Estas son muchas de las preguntas que podrán surgir cuando se llegue al tema del dinero, ya que siempre suele ser un punto batalloso, en las que también influyen las diferentes necesidades financieras de cada socio, así como las diferentes ideas sobre cómo se debe dividir el dinero que tiene cada uno.
Por eso, es importante hablar acerca de asuntos de dinero por adelantado, además de especificar los acuerdos por escrito dentro del acuerdo de la sociedad. Aquí, también se puede decidir si dichas clausulas pasarán por revisiones, y cada cuanto se harán las mismas, con carácter anual o semestral o dependiendo las necesidades.
- Delegar responsabilidades
Aunque se puede pensar que los principales desacuerdos entre los socios siempre giran en torno a cuestiones de dinero, la verdad es que en muchos casos la toma de decisiones y la autoridad individual son los verdaderos culpables, ya que en estos asuntos siempre nos dejamos llevar por el ego y por el sentido de propiedad que cada socio quiera tener sobre su proyecto.
Es vital para el buen funcionamiento de la empresa decidir qué tipo de decisiones requieren unanimidad de votos, y qué tipo de decisiones diarias se pueden hacer por un solo socio. También es conveniente estipular que puede tomar decisiones sobre lo que suceda.
En este sentido, no existe un modelo único que funcione para todos los negocios, sino que la planificación ideal dependerá de cada caso en particular. Por lo que, al discutir estos asuntos desde el principio y decidir qué estructura de toma de decisiones se tendrá, ayudará a gobernar tu negocio con mayor eficacia, en un ambiente en el que todos los socios se sientan valiosos y parte del éxito.
- Vías para terminar el acuerdo
Si bien la idea de alejarse de la empresa puede parecer imposible al principio, mucho puede pasar en el camino, hasta que uno de los socios decida abandonar el proyecto. Por lo mismo, es importante hablar de lo que pasa si los planes, sueños o las circunstancias cambian.
Lo más recomendable es que se tenga está charla tan incomoda al principio de la sociedad de forma que queden establecidas las vías de finalización del proyecto en conjunto, sin que nadie salga afectado.
Para tal fin, te volvemos a recomendar la asistencia de un experto en materia. Sin embargo, también puedes hacer una búsqueda rápida en Google de “plantilla de acuerdo de asociación”, y encontrarás innumerables contratos de asociación que se pueden utilizar.