En algún momento de nuestra vida, se hace indispensable que empecemos a pensar en una cuestión como lo es la de independizarnos. Suele decirse que en España tardamos más que en ningún otro país de la Unión Europea en salir de casa de nuestros padres, pero lo cierto es que, antes o después, lo terminamos haciendo. Es algo natural y que, a medida que avanzan los años, es necesario tanto para que nosotros hagamos nuestra vida como para que nuestros antecesores descansen algo mejor. Es lo que llamamos en ocasiones ley de vida.
A la hora de acometer ese cambio, son muchos los agobios que nos pueden asaltar. Pero ojo, que no son agobios que estén relacionados con cómo va a ser nuestro futuro lejos de casa de nuestros padres, sino que son los agobios típicos del momento, agobio por sacar todas nuestras cosas de la vivienda cuanto antes para que esa nueva vida que queremos empiece también a la mayor brevedad posible. Desde luego, una mudanza no ha sido nunca un momento fácil y precisamente por eso tenemos que organizarla y prepararla de la mejor manera posible.
En España, se producen miles de mudanzas cada año. Seguro que, incluso a pesar de la situación económica y sanitaria en la que nos encontramos, en el último año han sido algunas las personas de vuestro entorno las que han cambiado de domicilio. Incluso, es posible que justo las personas que estéis leyendo este artículo hayáis pasado por esta situación desde finales del año pasado. Es algo que, como os hemos comentado, termina llegando más pronto o más tarde a nuestras vidas. Aunque durante algún tiempo pasado soliéramos creer justo lo contrario. Es evidente que no siempre vamos a vivir con nuestros padres y madres.
Cada vez nos gusta más vivir solos
Hay un fenómeno que se produce en países como Alemania y que hace que la gente suela preferir vivir sola o en grupos pequeños. En el país teutón, es complicado encontrarse con que haya tres o cuatro personas viviendo bajo el mismo techo, con las evidentes excepciones de todos aquellos padres y madres con hijos pequeños a su cargo. Eso es lo que ha hecho que, en la situación sanitaria actual, el coronavirus no haya incidido tanto en Alemania como lo ha hecho en otros lugares donde sí que solemos vivir juntas bastantes personas, como es el caso de España.
Son curiosos algunos de los efectos sociales que está provocando la pandemia de coronavirus que estamos padeciendo desde el pasado mes de marzo. Más allá de la crisis sanitaria y la económica, la COVID-19 está provocando que esté aumentando el número de mudanzas en el interior de nuestras fronteras. Y es que, viendo el peligro que conlleva que muchas personas convivan bajo el mismo techo en la actualidad, es lógico que haya personas que hayan apostado por aprovechar la situación para dar el paso adelante que implica independizarse. Se trata de un asunto que nos han confirmado los profesionales de Mudanzas Alicante, quienes han visto multiplicado su trabajo de un tiempo a esta parte.
Un sector en pie de guerra
Sin embargo, un sector como el de los servicios de mudanza no vive precisamente uno de sus mejores momentos. ¿Qué es lo que hace que el número de mudanzas se haya multiplicado pero que las empresas del sector no estén obteniendo todos esos beneficios que se derivan de ello? La respuesta es sencilla y nos la ofrece una noticia que fue publicada en la página web del diario ABC y que os enlazamos a continuación: y es que la competencia desleal está haciendo mella en el sector.
Se trata de un asunto que no está tergiversado por parte de los medios de comunicación, porque otro diario, con una tendencia editorial muy diferente al ABC como lo es El Plural, también se hacía eco de lo que está sucediendo en este sector y cómo hay empresas que, sin tener la documentación necesaria para la realización de estas labores, se están encargando de desempeñarlas. La verdad es que la situación es como para enfadarse. Y no cabe la menor duda de que las autoridades deberían implicarse al menos un poco más en la solución de este problema.
Es imposible saber cuántas mudanzas se van a ir produciendo con el paso de los años en un país como el nuestro. En España hay muchas viviendas y pisos vacíos que, a buen seguro, serán ocupados en algún momento. Cambiar de vivienda significa progreso en el desarrollo vital de las personas, ya sea porque gracias a ello dispondremos de un espacio más amplio, porque vamos a pagar menos o porque la ubicación de nuestra nueva vivienda nos va a permitir ganar tiempo, un tiempo que antes invertíamos en trasladarnos a nuestro trabajo desde una vivienda situada mucho más lejos del mismo.