En una empresa no solo ha de cuidarse todo aquello que tiene que ver con la producción de sus bienes o la prestación de sus servicios. Aunque sin duda alguna dicha actividad es la principal y la que garantiza su supervivencia, también es fundamental cuidar su imagen y una cuestión como esta se forja en una buena gama de eventos, no solo durante el día a día.
Un servicio de catering en un evento, por ejemplo, es algo que habla por sí mismo. Cuando desde una entidad se organiza uno de ellos, dicha entidad está manifestado cuánto le importan sus invitados y, por tanto, también está construyendo su imagen ante una sociedad que valora los detalles y que no suele perdonar los errores.
En la actualidad soy el Director de una empresa dedicada a la fabricación y venta de puertas de todo tipo. Se trata de una entidad que opera en un pequeño pueblo de la provincia de Toledo y que allí conoce todo el mundo debido a que buena parte de la plantilla reside en el municipio o en alguno de los de alrededor. Para mí ha sido siempre elemental cuidarles y hacer grupo a través de diferentes actividades. A tal efecto, decidí organizar una cena cada año antes de que todos se marcharan de vacaciones en el mes de agosto.
Se trataba de algo más que una cena de empresa como las que suelen organizarse con anterioridad a la Navidad. Al evento veraniego estarían invitados el Alcalde, demás autoridades municipales y familiares. En otras palabras, se trataba de un evento de bastante más enjundia y que requeriría de una preparación previa muy importante para que nada escapara a nuestros intereses.
Necesitábamos un servicio de catering que estuviera a la altura de unas circunstancias como aquellas. Conseguirlo era un paso muy importante para garantizar el éxito del evento y por ello desde la Dirección de la empresa nos mentalizamos para encontrar una entidad que nos proporcionara los mejores servicios y que dejara con un gran sabor de boca a todas aquellas personas que estaban invitadas a nuestro evento más especial.
Realizamos una preselección de empresas y fuimos llamando una a una para saber de primera mano qué ofrecían y a qué precio. Después de algunos días analizando cada caso particular, llegamos a la conclusión de que la mejor alternativa consistía en ponernos en manos de La Frolita, una entidad que no solo se encargaría de hacer que los invitados tuvieran un servicio de comida espectacular, sino que también haría del evento algo sensacional con la mejor iluminación, sonido, decoración o fotografía.
Lo harían a un precio muy bueno, de los más baratos que nos habíamos encontrado entre todas las empresas que habíamos tenido en consideración. Aquello era solo uno de los motivos por los cuales nos habíamos decantado por La Frolita. Y es que con dicha elección nos quedábamos muy tranquilos.
Eventos con personalidad y grandeza
El primer verano conmigo al frente de la empresa llegó y con él lo hicieron las vacaciones para nuestros empleados. Llegaba también la hora de organizar la primera cena de verano y, a tal efecto, empezamos a organizarlo todo con el tiempo suficiente para que nada pudiera estropear lo que sin duda debería ser la gran fiesta de despedida del ejercicio.
La verdad es que aquel día fue increíble. El evento reunió a cientos de invitados, los cuales se mostraron gratamente sorprendidos y agradados por un servicio de catering completísimo y que se mostró cordial y atento ante cualquier necesidad o petición. Recibimos todo tipo de felicitaciones, entre ellas la del Alcalde y las demás autoridades municipales que habían acudido invitadas por la empresa al evento. No nos cabía la menor duda de que aquello nos reportaría algún beneficio en el futuro.
Así ha sido. Hemos visto cómo nuestra popularidad ha ido creciendo con el paso de los años en el municipio y cómo eso ha repercutido en nuestro volumen de ventas. Éstas han crecido un 15% desde la organización de la primera cena de verano. Sin duda, la elección de un catering como La Frolita no había sido equivocada.