¿Cómo NO reformar tu cocina?

reformar

Si estás pensando en reformar tu cocina, por favor, no hagas lo que hice yo. Te lo digo desde la experiencia, desde el cansancio, desde el polvo que aún sigo encontrando por los rincones de mi casa. Porque sí, estoy metida en una reforma que más bien parece una serie de Netflix con muchos capítulos, poca planificación y bastantes sustos.

Ojalá alguien me hubiera explicado todo esto antes de empezar… y por eso estoy escribiendo este artículo, porque si tú estás a punto de reformar tu cocina, quiero que sepas lo que yo no sabía. Quiero que aprendas de mis errores, porque reformar una cocina no debería ser una pesadilla, pero puede serlo.

Y ojo, que no te hablo desde la rabia (aunque algo queda), sino desde la información. Después de este desastre, contacté con Kouch, una marca especializada en cocinas alemanas y reformas premium en Sevilla, y me explicaron todo lo que se debe —y sobre todo lo que no se debe— hacer cuando te metes en una reforma.

Así que aquí va mi guía personal sobre cómo NO reformar tu cocina. Si puedes evitar aunque sea la mitad de los errores que cometí, ya me doy por satisfecha.

 

No empieces sin comparar presupuestos y empresas

Parece obvio, ¿no? Pues yo caí. Me fié de una recomendación rápida y acabé con un equipo que, sinceramente, no estaba preparado para una reforma completa. No pedí varios presupuestos, no investigué demasiado. Pensé: “Bueno, ¿Qué puede salir mal?”. Pues todo.

Si estás pensando en reformar tu cocina, pide mínimo tres presupuestos distintos. Pero no te fijes solo en el precio, compara los detalles: qué incluyen, cuánto tiempo estiman, qué tipo de materiales usan, si tienen seguro de responsabilidad civil, etc.

Kouch, por ejemplo, me enseñó cómo debe ir detallado un presupuesto profesional. Todo claro, sin letras pequeñas, sin “esto ya lo vemos sobre la marcha”. Porque eso de «sobre la marcha» significa problemas, retrasos y más dinero.

 

No empieces sin un contrato por escrito

Sí, ya sé que suena muy formal, pero es que estamos hablando de obras en tu casa. No es lo mismo que pedir una pizza. Yo no tenía un contrato detallado. Había un acuerdo verbal y unos mensajes de WhatsApp, gran error. Cuando las cosas empezaron a torcerse, no tenía cómo reclamar.

Todo debe estar por escrito. Fechas de inicio y fin, qué trabajos se van a hacer exactamente, quién se encarga de qué, penalizaciones por retraso si las hay, formas de pago… Todo. No lo des por hecho, no confíes a ciegas. Si son profesionales de verdad, no les molestará firmar un contrato.

 

No des por hecho que saben lo que hacen

Ya, parece increíble decir esto, pero no te fíes solo porque alguien tenga herramientas y una furgoneta. El equipo que contraté no era del todo profesional. Lo supe tarde, claro, cuando vi que ni siquiera habían protegido el resto de la casa del polvo.

La cocina está conectada con todo. Y cuando se reforma, hay que hacer rozas, picar, cortar… ¿Sabes qué pasa si no tapas las puertas con plásticos? Que el polvo se cuela por todo. Y no es un poco de polvo, no: es una nube que se mete en el salón, en los armarios, en la ropa, en los cojines… en tu vida entera.

A mí me dejaron todo sin cubrir. Ni una lona, ni una cinta de carrocero. Resultado: parque rayado, polvo en el sofá, y una bronca conmigo misma por no haberlo exigido desde el principio.

 

No des por hecho que limpiarán después

Ilusa de mí, pensé que al acabar la obra dejarían todo limpio, o al menos aspirado. Nada. Cuando terminaron, se fueron como si nada. Me dejaron los escombros, restos de yeso, madera, cables sueltos y un suelo hecho un desastre.

Pregunté y me dijeron que “eso no estaba incluido”. Lo peor es que ni siquiera me lo habían dicho antes. Por eso, pregunta si incluyen la limpieza de obra. Si no lo hacen, busca una empresa aparte que lo haga, pero no lo dejes para el final porque después de semanas de reforma, no vas a tener ni fuerzas ni ánimos.

Y ya que estamos: exige que protejan el suelo. Yo ahora tengo rayones en el parque que me van a costar otro dineral.

 

No dejes que ignoren tus indicaciones

A ver, no soy arquitecta, pero es MI casa. Y si yo digo que quiero los enchufes en un sitio, o que prefiero los tiradores de otro tipo, creo que lo mínimo es que me escuchen. Pues no, el equipo que contraté hacía lo que le daba la gana.

Un ejemplo: les pedí que dejaran un hueco para el lavavajillas compacto. Lo marqué, lo expliqué, lo dibujé. Pues lo ignoraron. Cuando vinieron a instalarlo, no cabía. Tuvieron que romper de nuevo un lateral del mueble

Hazte escuchar. Y si ves que no lo hacen, párales, que se note quién paga la reforma. Tú.

 

No des el dinero de golpe

Este error también fue mío. Les pagué casi todo al inicio, con la promesa de que acabarían en dos semanas. Tardaron más de un mes y durante días no aparecieron por casa.

Pacta los pagos por fases. Algo al inicio, algo a mitad y el resto cuando esté todo terminado y revisado. Esto es básico para asegurarte de que cumplen. Si ya tienen todo tu dinero, no tienen ninguna urgencia en hacer las cosas bien ni a tiempo.

 

No empieces sin un diseño claro y cerrado

Yo tenía una idea general de cómo quería la cocina, pero no un diseño detallado. Fui improvisando sobre la marcha y eso me costó más dinero y más tiempo. Cada cambio que pedía, aunque fuera pequeño, era una excusa para retrasar la obra o subir el presupuesto.

Un diseño cerrado, con medidas, materiales y distribución definida, evita muchas discusiones. Y no solo con los obreros, también contigo misma. Porque cuando estás en mitad de la obra, con ruido y polvo, no es buen momento para tomar decisiones importantes.

 

No elijas los materiales sin asesoramiento

Yo pensaba que sabía lo que quería: una encimera de madera natural, porque me parecía bonita. Pues no conté con el mantenimiento que exige, ni con que en una cocina se moja todo, se mancha, se quema…

Lo ideal es que un profesional te asesore. Y no me refiero a alguien que solo quiere venderte lo más caro, sino alguien que conozca de verdad los materiales, su durabilidad, cómo se limpian, qué cuidados necesitan.

Existen muchos materiales que ni conocía: cerámicos de última generación, laminados con textura, sistemas anti bacterias, etc. Me dio rabia no haberlos conocido antes.

 

No asumas que cumplirán los plazos

Las reformas se retrasan, es casi ley de vida, pero cuando no tienes ni una fecha clara de finalización, puede alargarse sin control. A mí me dijeron que la cocina estaría lista en 15 días. Tardaron 36.

Ten siempre una fecha firmada y, si puedes, establece penalizaciones por cada semana de retraso injustificado. No es por ser exigente, es por salud mental. Porque estar sin cocina durante semanas no es una tontería. No puedes cocinar, no puedes guardar la comida, no puedes vivir con normalidad.

 

No pases por alto los pequeños fallos

Cuando por fin terminaron, lo único que quería era que se fueran. Estaba tan cansada que no revisé bien. Luego empecé a ver los detalles: enchufes torcidos, juntas mal selladas, cajones que no cerraban bien…

Lo sé: llegados a ese punto estás tan harta que solo quieres recuperar tu casa. Pero haz una revisión final a conciencia, con luz natural y con calma. Anota cada fallo y haz que lo corrijan antes de pagar lo que quede. No es ser quisquillosa, es exigir lo que has pagado.

 

No lo hagas sin pedir ayuda o consejo

Después de todo esto, hablé con varios expertos y descubrí que muchos de estos errores se podían haber evitado si hubiera tenido a alguien que me asesorara bien desde el principio.

Por eso recomiendo hablar con otras empresas antes de empezar. No es solo hacer cocinas bonitas, es que sepan lo que hacen.

Que te asesoran, te diseñen todo al milímetro, coordinen los oficios, cumplan plazos y, lo más importante: te escuchen. Después de lo que pasé, eso me parece un lujo.

 

Vamos a hacer un pequeño resumen para no dejarnos nada

  • No elijas al primero que te recomienden sin investigar.
  • No empieces sin un contrato detallado
  • No dejes que entren en tu casa sin proteger el resto.
  • No asumas que limpiarán después.
  • No les pagues todo por adelantado.
  • No improvises ni dejes el diseño para el final.
  • No ignores los detalles ni los fallos.
  • No te fíes de que cumplirán plazos.
  • No renuncies a tener voz en tu propia casa.
  • No lo hagas sola, pide ayuda a profesionales de verdad.

 

¿Volvería a reformar mi cocina?

A corto plazo, ni loca. Pero si alguna vez me animo de nuevo (y con lo que aprendí, lo haré mejor), ya tengo claro con quién contar desde el principio.

Y tú, si estás a punto de meterte en una reforma, hazlo bien desde el principio. Que una cocina nueva debería ser motivo de alegría, no de estrés.

Facebook
LinkedIn
Reddit
WhatsApp

Noticias más comentadas

Fabricantes, diseñadores e instaladores

En el ámbito profesional de la pintura es muy importante contar con la profesionalidad de empresas especializadas que tienen un control vertical sobre el mercado. Esto quiere decir

¿Conoces la tecnología light on 45°?

Lo decimos siempre en esta web donde nos juntamos los amantes de las cosas únicas: la importancia y la diferenciación están en la especialización. Pues bien, hoy queremos

Diseños de sillas hechos por especialistas

  Cuando hablamos de diseño y de decoración y de empresas especializadas nos imaginamos, casi siempre, a un gran diseñador con un maravilloso equipo detrás que viene a tu casa,

Scroll al inicio