Voy a contaros algo que me pasó hace unos días y que no sé por qué me da que no soy la única protagonista entre los lectores a la que le ha ocurrido un incidente similar.
Como habréis visto en las noticias hace unos días, en Madrid ha estado lloviendo como si no hubiera mañana, como si fuera esto el día del diluvio universal. Pues bien, yo acostumbro a ir en coche a trabajar. Tengo un horario un tanto peculiar. Me dedico al periodismo en un diario deportivo, pero estoy encuadrada dentro de la sección de Cierre. ¿Qué quiere decir eso? Que me como todos los marrones de última hora, y para cuando termino ya no hay servicio de metro para volver a casa, el taxi vale casi tanto como lo que gano por trabajar allí todo el día y el bus haría el día interminable, ya que tendría que esperar por uno que me llevase a la plaza de Cibeles de vuelta, y desde allí coger otro hasta mi casa, toda una odisea porque por la noche los autobuses búhos pasan con menor frecuencia.
Es por esto que hace poco decidí invertir un poquito en comprarme un coche. No es que tenga un súper bólido. Es un vehículo normal, de segunda mano, de esos baratillos y pequeños, pero que me hace un gran servicio. El caso es que como os decía el otro día llovía y cuando salí de trabajar para volver a casa a las tres de la mañana me encontré con una sorpresa: me habían robado las escobillas limpiaparabrisas del coche.
Se ve que a alguien con eso de la lluvia le hacían falta tanto como a mí y me las desencajó y las puso en su coche. No era la primera vez que me pasaba algo así, ya que con ese horario tengo el coche muchas horas en la calle y casi todas son de esas en las que no hay luz y los amigos de lo ajeno lo tienen más sencillo para llevarse lo que quieren. Como os decía, me ocurrió también con los tapones del aire de las ruedas, con uno de los espejos retrovisores y también con una rejilla que lleva por delante el coche.
Lo de las escobillas sí que me preocupó más, porque de noche y lloviendo no era un plan muy apetecible para volver a casa. Me acerqué entonces a una gasolinera que tengo no excesivamente lejos del trabajo y pedí unas. La solución no fue permanente, ya que a este tipo de establecimientos no puedes ir con exigencias de que tengan un abanico de ellas que vayan con los enganches de tu coche. Así, me dieron una de carácter universal que me duraron poquito. La broma no me salió por cierto nada barata, así que estuve buscando una tienda especializada en escobillas de parabrisas por internet. Y la verdad es que encontré la página ideal: Escobillas limpiaparabrisas.
Esta tienda es genial porque tienen todo tipo de modelos de gomas y escobillas para todos los coches, así como los mejores precios, porque están totalmente especializados en este sector tan concreto del cuidado del vehículo. Con lo que me costaron las escobillas de la gasolinera compré cuatro recambios para llevar siempre en el maletero del vehículo y no encontrarme más con este tipo de sorpresas. Si estás buscando un sitio en donde comprar los recambios de las gomas para tus escobillas limpiaparabrisas, este es el lugar indicado. Tanto si deseas comprar gomas escobillas para limpiaparabrisas unitarias como un juego de ellas, te ofrecen la cantidad que desees.
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Además, también tienen tutoriales e instrucciones especiales que te ayudarán a saber cómo cambiar la goma escobilla de tu limpiaparabrisas sin importar qué tipo de modelo de coche tienes. Si aun así no te es suficiente, puedes ponerte en contacto con ellos y te ayudarán no sólo a seleccionar la goma escobilla adecuada para tu limpiaparabrisas sino que te explicarán cómo se realiza el recambio.
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