De la calidad de los edificios de las ciudades dependen muchas cosas. En primer lugar, la comodidad y seguridad de unos ciudadanos que tienen derecho a recibir la asistencia necesaria para hacer de su vivienda un lugar habitable. En segundo lugar, la imagen de un negocio cuyo establecimiento es un fiel reflejo de su organización y de su seriedad.
Con el paso de los años, se hace inevitable observar cómo las casas, los locales y, en general, los edificios de las ciudades se van desgastando. Es un fenómeno que ocurre hasta en los lugares más desarrollados del planeta. Hay que asumirlo sin miedos. Por mucho dinero que se invierta en la construcción de un edificio, tarde o temprano éste se verá marchitado por el simple martillo del tiempo. Acometer entonces una reforma resulta la única solución, una solución de extrema importancia y que no puede dejarse en manos de cualquiera. Tanto para una vivienda como para un local comercial.
Hace algo más de dos décadas comencé mi andadura como emprendedor con la apertura de una ferretería en mi localidad natal. No fueron pocos los quebraderos de cabeza que tuve que soportar para hacerlo, siendo uno de ellos el conseguir un local en el centro del municipio, un lugar muy interesante para el comercio ya que le da una visibilidad enorme al negocio. Siempre he dicho que tuve mucha suerte al hacerme con un local como aquel y una de mis prioridades ha sido cuidarlo al máximo para que no sufriera ningún desperfecto.
Pero esto ha resultado imposible. El paso de los años es, como decía antes, inapelable y, como consecuencia, empezaron a aparecer una serie de deficiencias en mi lugar de trabajo que me atormentaban de una manera importante. Las goteras y sobre todo las grietas se estaban apoderando del establecimiento. Era consciente del peligro que esto suponía así que, aprovechando el par de semanas del mes de agosto en las que no solía abrir, empecé a obtener información acerca de los mejores profesionales y especialistas en reformas para terminar con el problema.
Ángel David, el mayor de mis primos, me sirvió de gran ayuda en cuanto le comenté lo que ocurría. Fue él quien me recomendó que me pusiera en contacto con Grupo Navitec, una empresa dedicada a la realización de reformas en todo tipo de viviendas y locales. ¿Sería esta mi mayor esperanza? Desde luego, tras visitar la página web de la entidad e informarme sobre la experiencia de sus profesionales y el bajo precio al que podría adquirir sus servicios, quedé convencido de ello.
Garantía de seguridad
Las condiciones en las que se encontraba la ferretería eran cada vez peores, por lo que cuando llamé a Grupo Navitec para solicitar sus servicios hice especial hincapié en que me atendieran de la forma más rápida posible. Por suerte, desde la empresa me hicieron caso y en un corto periodo de tiempo ya tenía a sus trabajadores sobre mi terreno para observar el estado del local y proponer soluciones ante la avalancha de desperfectos que seguía apareciendo día a día.
Una vez localizado el problema, que tenía que ver con la podredumbre de una de las paredes del local, llegaba la hora de solucionarlo. Para ello era necesario acometer una reforma de manera inmediata, algo para lo que no hubo ningún inconveniente desde Grupo Navitec. Antes de que la ferretería volviera a abrir sus puertas apenas un par de semanas más tarde, el trabajo estaba terminado y el local parecía otro, mucho más moderno y seguro que hasta solo unos días antes.
Esto supuso un antes y un después para el negocio. Tras la reforma, los beneficios se incrementaron un 20%, un crecimiento que no se había experimentado en la ferretería desde hacía años. Y es que una reforma a tiempo es una gran victoria.