El acero es un material muy utilizado en infinidad de aplicaciones y en diversos sectores. Versátil donde los haya, este metal forma parte de la vida cotidiana de todo el mundo. Desde cubiertos hasta relojes, el acero, está en todas partes. No por tratarse de un material tan omnipresente, debemos dejar de concederle la importancia que tiene y obviar lo necesario que es, pues de no existir el acero, seguramente, no concebiríamos el mundo como lo concebimos.
Resistente, seguro, apto para contener alimentos y bebidas, válido para fabricar muebles y todo tipo objetos. Es posible encontrar este elemento en prácticamente todo, lo que nos hace pensar en que se ha convertido un metal indispensable en más de una industria y sector. En este artículo, hablaremos, de la mano de expertos como Sermarp, con una larga trayectoria trabajando en el sector del acero, sobre como la industria alimentaria y la salud, necesitan el acero para mantenerse a flote.
Antes de continuar, debemos saber que es el acero. Se trata de una aleación de hierro y carbono, empleada dentro de la industria metalúrgica, concretamente en la siderurgia o acería. Existen numerosos tipos de acero, en función del elemento o elementos presentes en su aleación. Tanto hierro como carbono, se hayan presentes de forma natural en la corteza terrestre, este hecho, hace que el acero sea considerado como un material con elevada disponibilidad. Las diferentes composiciones que puede contener el acero, unidas a los distintos tratamientos termo mecánicos a los que se somete, sin tener en cuenta los tratamientos superficiales a los que se somete, han dado como resultado unos cinco mil tipos diferentes de acero, creciendo esta cifra de forma continua. Esto hace posible que el acero pueda adaptarse a los requisitos más exigentes en función de sus necesidades de resistencia, desgaste, tenacidad, elasticidad, deformación, etc. Igualmente permite su adaptabilidad a necesidades menos evidentes pero esenciales.
Imprescindible en la industria alimentaria
El acero inoxidable es indudablemente el material más utilizado en la industria alimentaria, concretamente en lo que implica alimentación y bebidas para consumo. Una de las formas más habituales de utilizar el acero es en forma de chapa a medida con calidad AISI-304L. La referencia internacional que se ocupa de delimitar el diseño higiénico del acero es la norma UNE-EN ISO 1672 “Maquinaria para el procesado de alimentos: conceptos básicos y requisitos de higiene”. En esta norma se disponen las condiciones que han de cumplir las máquinas que se utilizan para preparar y procesar todo tipo de alimentos y bebidas.
Los propios fabricantes de acero inoxidable valoran las características que convierten este material, en el más utilizado por la industria de la leche, los productos lácteos, el vino o la cerveza, así como las que se dedican a todo tipo de derivados de la carne, el pescado o la fruta, entre otras. El acero inoxidable, es igualmente utilizado para fabricar las indispensables superficies de trabajo, utensilios y maquinaria destinada a la elaboración y preparación de alimentos. Por norma general, el acero inoxidable se encuentra en todas las instalaciones y maquinaria que se haya en contacto directo con los diferentes alimentos.
Uno de los aspectos clave a valorar es la higiene que proporciona este material en particular. Así como otra serie de características como las que vamos a citar a continuación:
- Resistencia a la corrosión a consecuencia de diferentes causas y factores.
- Superficie compacta y nada porosa.
- Gran resistencia a las variaciones de temperatura.
- Resistente a tensiones mecánicas y choques o golpes.
- Carece de recubrimientos protectores que se degradan fácilmente.
- Alto grado de higiene por su facilidad de limpieza.
Dentro de la industria alimentaria, el objetivo principal es impedir la contaminación que puede producirse en las materias primas, así como la proliferación de bacterias. Materiales como el acero permiten una limpieza e higiene profunda con la finalidad de mantener a raya a los gérmenes, sin que sus propiedades se vean alteradas.
Veamos por lo tanto algunas de las aplicaciones en las que el acero, cobra todo su protagonismo, pues se trata, como ya hemos comentado, de un material omnipresente. Dentro de las cocinas profesionales, aluminio y laminados plásticos han sido sustituidos por acero inoxidable, de mayor resistencia y durabilidad. La industria cervecera, exigente como la que más en cuestiones de higiene, utiliza tanques de acero, tuvieras, válvulas y bombas de calor, de este material para elaborar sus cervezas.
Incluso el sector vitivinícola, ha encontrado en el acero un material aliado para mantener el vino: contenedores asépticos, resistentes a los ambientes ácidos y aislantes. Los fregaderos, tanto profesionales como domésticos, son fabricados con acero inoxidable, del mismo modo que los diferentes tipos de utensilios que se pueden encontrar en una cocina. Podríamos seguir citando ejemplos pero con estos, nos hacemos una idea de la omnipresencia del acero en toda la industria alimentaria.
Una salud de acero
Y es que el acero goza de un excelente estado de salud dentro de este sector en particular. Sus usos y aplicaciones son muy amplios, abarcando desde el diseño y la fabricación de todo tipo de productos médicos hasta los utensilios más utilizados en el sector. Debido a que, como toda herramienta médica que se precie, los utensilios sanitarios deben ser precisos y exactos, los fabricantes, utilizan una amplia variedad de técnicas para encontrar los diseños específicos y rentables necesarios para el sector.
En este campo, como sucede en la industria alimentaria, el acero de elección es el 304. Con los últimos avances tecnológicos, la industria metalúrgica persigue la mejora continua que implique mejorar a su vez, las condiciones para el sector de la salud. Evidentemente, todo artículo u objeto que se destine a las prácticas médicas debe ser fabricado de manera que ofrezca unas prestaciones precisas y perfectas en beneficio de la salud de las personas.
Puesto que las aplicaciones son tan amplias y diversas, los fabricantes de material sanitario, aprovechan las propiedades del citado acero inoxidable 304 para fabricar una variada gama de artículos y productos para el sector. Tratándose de uno de los materiales más utilizados, es considerado por igual, como uno de los más rentables, versátiles y asépticos, en comparación con otro tipo de materiales que se relacionan directamente con el sector.
En el mercado de los aceros, no existe otro tipo que presente y ofrezca tantas posibilidades en lo que a acabados y formas respecta, como el citado 304. No solo rentable y de gran maleabilidad, también con un alto nivel de asepsia, algo fundamental para el sector.
El acero presenta una superficie impermeable, nada porosa y lisa, de fácil mantenimiento. Algo indispensable para todo tipo de material quirúrgico, puesto que evita que sobre su superficie se desarrollen bacterias y virus. Aun así, la superficie de todo equipo y objeto destinado al sector de la salud, es recubierto con una capa de cromo que reacciona al oxígeno en el momento que sufre algún daño. Esto evita que se produzca algún tipo de corrosión en la zona afectada.
Estas propiedades han hecho posible que el acero inoxidable se haya convertido en el material más adecuado para fabricar todo tipo de material y herramientas para el sector. Algunas de las aplicaciones médicas en las que podemos encontrar el acero dentro del sector son las siguientes:
- Mesas quirúrgicas
- Depósitos sanitarios
- Tablas médicas
- Jeringuillas
- Válvulas
- Prótesis
- Lavabos
- Material quirúrgico
El acero inoxidable, ofrece mucho más que una larga vida a los utensilios, es muy manejable, tano que permite fabricar desde cuencos, hasta fregaderos, entre otro tipo de recipientes sanitarios. En la actualidad, la industria, dispone de diferentes variantes del acero 304, con la finalidad de mejorar todos los materiales y objetos con mayor especificidad en su uso.
Dentro de las principales ventajas que posee el acero 304 dentro de cualquier sector, en lo que a sanidad respecta, podemos citar las siguientes:
- Puede utilizarse para la fabricación de diversas herramientas reduciendo los costes de producción.
- Posee una alta resistencia frente a la corrosión.
- Es reciclable, es decir, sostenible.
- Cuenta con un elevado nivel de asepsia.
- No es magnético, lo que lo hace más práctico y útil dentro de la medicina.
- Mantiene su forma incluso sometido a cambios drásticos de temperatura.
- Resistencia al calor.
Para finalizar, no podemos pasar por alto el acero inoxidable quirúrgico que ofrece productos más especializados, fabricados con acero 316 y 316L. Estos instrumentos cuentan con acabados más resistentes que facilitan la esterilización y la ejecución. Dentro de los usos más habituales de este tipo de acero en particular, podemos citar los implantes ortopédicos, las válvulas cardiacas, la fijación ósea, bobinas, contenedores, prótesis, bandejas y un largo etc.
En conclusión, el acero inoxidable es uno de los materiales por excelencia y con mayores aplicaciones que podemos encontrar. Ofrece unas cualidades que lo hacen apropiado para formar parte de todo tipo de artículos y elementos que van desde el mobiliario industrial (o de cualquier otra categoría) hasta las latas de refresco o cerveza que podemos adquirir en cualquier comercio. Desde el reloj de nuestra muñeca hasta el collar de nuestro perro pueden estar confeccionados en acero, sin olvidar los cubiertos con los que comemos.