La pandemia Covid-19, más popularmente conocida por todos nosotros como coronavirus, está afectando a la economía de todo el mundo por igual y es que nadie se salva de los efectos de un virus que ha obligado a más de la mitad de la población del mundo a permanecer encerrada en sus casas sin poder salir durante días o meses. Esta pandemia global no solo ha supuesto un duro golpe a la economía de todo el planeta, sino que también ha puesto en riesgo varias redes como la de internet, dado que muchos de los trabajadores de la Tierra se han visto obligados a seguir trabajando en remoto desde sus hogares, lo que supone que las redes de comunicación han de estar plenamente operativas para satisfacer la demanda de servicios a la que se le está sometiendo. Del mismo modo, compañías que ofrecen contenido a demanda, como Netflix han tenido que reducir, por decisión propia, la calidad de sus emisiones para que no sobrecargasen las líneas y, por tanto, que se colapsasen sus servidores. Una decisión difícil que le ha permitido mantener el servicio activo durante los días más complicados de la pandemia y que pone de manifiesto que ninguno estamos a salvo de una vulnerabilidad.
En la actualidad se cree que el coronavirus surgió en la localidad china de Wuhan, aunque un nuevo estudiosacado a la luz de forma reciente tira por tierra esta teoría. Sin embargo, más allá de que naciese en China o no, sus efectos se han expandido en pocas fechas por todo el mundo, algo que también deja claro que en la actualidad ya somos una sociedad global. Por este motivo, muchos fabricantes de todas las partes del mundo ponen el grito en el cielo porque han tenido que parar la producción de sus industrias, algo que es lógico y que deja en el aire años de esfuerzos por sacar una empresa adelante, pero que cabe recordar que no solo afecta a los fabricantes, sino que a todos los sectores productivos y a todo el mundo.
De hecho, el único sector que no se ha visto afectado por esta crisis, sino que incluso ha mejorado sus resultados es el de la industria farmacéutica, que vio como la demanda de sus productos se iba incrementando exponencialmente con el paso de los días y que muchos gobiernos exigían un aumento de la capacidad productiva para poder sacar adelante todos los pedidos de diferentes productos que se iban necesitando. Del mismo modo, otras compañías prefirieron arrimar el hombro en lugar de cerrar y, en este sentido, varias compañías dedicadas a la producción de bebidas alcohólicas cambiaron sus sistemas para producir botes de hidrogeles, así como empresas de automoción, incluidas las escuderías más importantes de Fórmula 1 desarrollaron respiradores mecánicos para poder abastecer a todos aquellos hospitales del mundo que los necesitaban.
Ahora que ya empezamos a ver la luz al final del túnel, cada vez son más las empresas que ya están empezando a levantar sus persianas y abrir al público para poder recuperarse de esta crisis cuanto antes. En este sentido, Ruedas Llopis, Seat, Psa o Daimler, entre otras muchas empresas ya comienzan a volver a producir para poder salir adelante. Sin duda, esta reapertura supone una gran noticia para la economía, dado que junto a ellas también reabrirán otras empresas auxiliares que ayudan a tener todos los componentes a los principales fabricantes para que puedan desarrollar sus productos. Y es que, aunque esto es un importante mazazo para la economía mundial, la realidad es que, entre todos, aportando nuestro granito de arena, podremos salir adelante y recuperarnos de la escabechina que nos ha hecho este virus del que hace tan solo unos meses ni siquiera conocíamos su existencia.
El ‘Project Pitlane’, un claro ejemplo de solidaridad
A lo largo de este post os hablamos de que varias compañías habían aportado su granito de arena para vencer a la pandemia Covid-19 y os poníamos de ejemplo que varios equipos de la categoría reina del automovilismo habían aportado sus fábricas y tecnología. Este proyecto liderado por los propietarios de la Fórmula 1 y por la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) dio en llamarse ‘Project Pitlane’. Este, sin duda es un claro ejemplo de solidaridad de los equipos, quienes dejaron a un lado su investigación para hacer los mejores monoplazas y se pusieron manos a la obra para crear respiradores asistidos con los que poder contribuir a mejorar los equipamientos de los hospitales que más lo necesitaban.