Todo el mundo conoce este material elemental de la construcción. Al menos, de oídas. Sobre su fabricación y usos concretos o propiedades, sabemos algo menos. De ahí que utilicemos alegremente el término, aunque a veces no hablemos de hormigón si no de otro material de construcción. En cualquier caso, las empresas especializadas en fabricar este material tan necesario para fabricar y construir todo tipo de estructuras, son conocidas como plantas de hormigón y, sobre ellas, vamos a hablar en este artículo. La fabricación y usos del hormigón, así como los tipos que podemos encontrar en el mercado.
Hablar de planta de hormigón es hablar de elaboración de hormigón, esto es fácil de imaginar. Ahora bien, como funcionan estas fábricas, es otra historia. Conocer los fundamentos básicos de su funcionamiento, las partes que la componen y como se produce el hormigón es fácil. Si una planta o fábrica, es una instalación en la que se produce un bien de forma metódica y eficiente, en el caso particular de las plantas de hormigón, se trata de una instalación en la que se transforman los componentes necesarios en hormigón. Dichos componentes básicos no son otros que el cemento, agua y los denominados, áridos. Todo esto a través de un sistema estructurado, planificado y eficiente.
Teniendo presente que el sector de la construcción ha evolucionado de forma notable a lo largo de las últimas décadas, nos encontramos en un punto muy alejado en el que el hormigón, se producía de forma exclusiva. En otros tiempos, se producía en pequeñas hormigoneras a pie de obra o camiones que llevaban el cemento desde la fábrica, lo mezclaban con agua y arena y, lo llevaban al lugar en que se iba a utilizar. En la actualidad, la producción de hormigón, responde a la complejidad del sector de la construcción y el aumento de las regulaciones internacionales, estatales y locales. Por lo que existen diversos tipos de plantas con objeto de que se cumplan las necesidades particulares de cada proyecto.
Una planta de hormigón
Las plantas de hormigón, como sucede con cualquier tipo de fábrica, se dispone de manera que se siga un itinerario. Este itinerario, lo forma cada ingrediente de la composición hasta llegar al punto final, donde se combinan todos los ingredientes y salen como hormigón elaborado. En algunas plantas, se realiza una parte del proceso, en tanto que en otras, se realiza al completo, como nos cuentan los expertos en prefabricados de hormigón de Arcobloc.
En una planta de hormigón, de forma generalizada, el material se elabora, partiendo de los depósitos. Estos, colocados en un extremo, almacenan las arenas y gravas que van a ser utilizadas. Hay que tener en cuenta que los áridos, como se denominan, son dos tercios de la composición de la mayoría de los hormigones. El nombre que reciben estos depósitos, es el de tolvas y, el almacenaje en ellos, acopio. El acopio, se lleva a cabo utilizando las palas cargadoras o cintas que van de los camiones a las tolvas.
Mediante un sistema de pesaje, se dosifican los áridos en función de la formulación elegida. Otra cinta transportadora los lleva a la mezcladora para que se inicie el proceso de amasado, a la espera de que se añada el cemento y aguan necesarios.
Al otro extremo de la cadena, se almacena el cemento en silos. El circuito por el que se mueve el cemento, debe ser estanco, de manera que se evite su hidratación hasta que llegue a la mezcladora. Si el cemento se hidrata antes de tiempo, puede verse afectada su propiedad principal: reaccionar para crear una masa compacta y conglomerada. El hormigón estándar, cuenta con un tercio o menos de cemento en su composición.
Una vez determinada la cantidad de cemento que requiere la mezcla, se vierte en la mezcladora con las gravas y arenas. Por último, se añade el agua necesaria mediante una bomba de impulsión, situada en la base de la mezcladora, a través de tuberías conectadas con la fuente de suministro. En este punto, se inicia el trabajo de las mezcladoras que, mediante un sistema de palas o hélices, amasan la mezcla, de forma continua hasta que se obtiene la combinación adecuada de todos los elementos. Cuando este paso finaliza, el resultado se libera por la parte inferior, hasta la hormigonera, en la que se traslada el contenido en buenas condiciones de amasado hasta su lugar de destino.
Como ya hemos comentado, algunos tipos de hormigón necesitan añadidos adicionales. Los aditivos, como así se les conoce, permiten modificar las características del hormigón para hacerlo más rígido, poroso, impermeable, más rápido o lento al fraguar, etc. Los aditivos, suelen ser una parte muy pequeña de la mezcla total, sobre un dos por ciento y, se añaden por una vía diferente a la del resto de componentes.
Se trata de un proceso de fabricación bastante sencillo, como se puede observar, aunque como ocurre en todo proceso, cada maestrillo, tiene su librillo. Cada planta de hormigón, puede dedicarse a fabricar hormigones diferentes, en función de su mercado y en qué sentido, quiera dirigir el negocio.
Tipos y usos del hormigón
Sin lugar a dudas, el hormigón, es en la actualidad, el material por excelencia dentro de la construcción. Esta argamasa formada por cemento, grava, arena y agua, además de los aditivos que corresponda, se utiliza prácticamente en todo lo que se construye.
Las proporciones de los componentes son variables, en función de las propiedades que el hormigón deba tener, como ya hemos comentado. No obstante, la receta básica, es una parte de cemento, tres partes de arena, cuatro partes de grava y una de agua. Aunque la cantidad necesaria de agua, puede ser mayor en los hormigones que requieren tener mejor trabajabilidad. Lo que se traduce en una menor resistencia del resultado final. Es decir, a mayor cantidad de agua, menor resistencia del hormigón.
A diferencia de los morteros o adhesivos con base cementosa, para preparar de forma adecuada un buen hormigón, hay que mezclar en primer lugar los áridos (cemento, arena y grava) y, al final, añadir progresivamente el agua.
Teniendo esto en cuenta, pasamos a citar los tipos de hormigón más comunes que se fabrican. El primero de ellos, el hormigón armado. Este tipo de hormigón, se utiliza principalmente en las estructuras que requieren de una mayor resistencia a la tracción. Se fabrica añadiendo refuerzos metálicos como malla o varilla de acero, al hormigón básico.
Otro tipo muy utilizado, es el hormigón pretensado. Esta variedad de hormigón armado, se produce tensando el refuerzo de acero antes de usarlo. Con este tipo de hormigón, se obtienen los elementos de hormigón prefabricado de mayor resistencia a la tracción.
El conocido como hormigón aireado u hormigón celular, es el resultado de añadir aluminio a la mezcla básica de cemento, arena y agua. La reacción que produce el aluminio con el agua, da como resultado hidrógeno que, al expandirse, genera poros en el hormigón. Este tipo de hormigón es de producción industrial y se comercializa en bloques. Dentro de sus principales ventajas, encontramos la reducción de peso y su gran capacidad aislante.
En cuanto al hormigón fratasado, otra de las variedades de hormigón que podemos encontrar, su particularidad, no se haya en la formulación, sino en su método de aplicación. En vez de aplicarlo y dejarlo fraguar, se deja reposar alrededor de media hora y, posteriormente, se trabaja la superficie con el fratás o helicóptero, puliéndola poco a poco. Una de sus principales ventajas, es la resistencia que ofrece y la capacidad de carga de la superficie.
El hormigón impreso, bastante conocido, se caracteriza por su acabado final. Siendo la estética su gran ventaja y cualidad. Este tipo de hormigón, es un hormigón básico al que, una vez se aplica y rasea, se le añade pigmentación y, mediante el uso de moldes, se le da una textura.
Si algo destaca dentro del mundo del hormigón, es que todas sus variantes, proporcionan numerosas ventajas, como la resistencia, su versatilidad, la durabilidad que presentan, su propiedad ininflamable o las propiedades aislantes que posee. Además, se trata de un material reciclable, lo que hace que se trate de un material sostenible. Sin olvidar que los materiales con los que se fabrica, son de lo más básico y fácil de encontrar.
Para concluir, señalar que una de las características más importantes del hormigón, es la densidad del mismo. Esta propiedad, determina la aplicación de cada tipo de hormigón, la cual se determina por la cantidad de grava que se añada a la composición. A razón de su densidad, podemos encontrar hormigones pesados, con una densidad superior a los tres mil kilos por centímetro cúbico; hormigón normal con una densidad de entre dos y tres mil kilogramos por centímetro cúbico; y hormigones ligeros, con una densidad inferior a los dos mil kilogramos por centímetro cúbico.
En definitiva, el hormigón es uno de los materiales más versátiles que se utilizan en el sector de la construcción. Por lo que las plantas de hormigón ofrecen catálogos de productos muy variados, entre los que se pueden encontrar, por lo general, los diferentes tipos de hormigón reseñados. En algunos casos, como ya hemos comentado, se centran en determinados tipos o partes del proceso. Aun así, la versatilidad del hormigón, siempre está presente.