A principios de los años 80, más concretamente en el año 1984 se abrió el primer hotel boutique de la historia en la ciudad de Nueva York a manos. Detrás de esta idea se encontraban dos hombres que apostaron por darle una vuelta al concepto de “alojamiento”, Schrager y Steve Rubell.
Con una decoración genuina y original, dieron paso a esta nueva forma de entender este tipo de establecimientos. Tuvieron un éxito rotundo y de ahí la idea se ha ido expandiendo por todo el mundo.
El concepto de los hoteles boutique difiere en ciertos puntos a la de los hoteles clásicos. Principalmente, por su apuesta a la hora de ofrecer una experiencia única y exclusiva donde el cliente se convierte en el principal protagonista.
En este tipo de alojamientos tendremos un servicio de lujo. Si bien, con lujo no nos estamos refiriendo a que el servicio sea más caro, sino al tipo de servicio exclusivo que ofrecen este tipo de hoteles. En este tipo de hoteles el cliente no es tratado como uno más, sino que la atención que se le ofrece es personalizada.
A diferencia de las grandes cadenas hoteleras donde todo suele estar estandarizado, en este tipo de hoteles cada suite, cada habitación tiene su personalidad única y propia.
Entre otras de las características que identifican a todo hotel boutique, está su emplazamiento, por lo general siempre en el centro de las ciudades, más precisamente en el casco histórico de grandes ciudades o ciudades emblemáticas. Con un fácil acceso a zonas de gran oferta cultural y variedad de servicios.
Además, la arquitectura de este tipo de hoteles es muy peculiar, por lo general se trata de edificios que presentan un valor histórico o arquitectónico concreto. Suele tratarse de edificios con historia y con un diseño y gran valor histórico y artístico. Suelen ser más bien hoteles que cuidan cada habitación y la dotan de mucha personalidad, por lo que no suele haber muchas habitaciones, ya que lo que cuenta es ofrecer una experiencia única y exclusiva.
Por ello, todas las habitaciones son diferentes, con una gran personalidad que se logra mediante un gran sentido de la decoración de interiores que suele ser temática.
Al final, la máxima de todo hotel boutique es un trato exclusivo y personalizado que hace que el cliente se sienta como en casa, o mejor.
Mercer Sevilla, Uno de los Mejores Ejemplos de Hotel Boutique
Todos los hoteles de la cadena Mercer Hoteles nos ofrecen un estupendo ejemplo de hotel boutique en toda regla. De entre los diferentes hoteles de la cadena Mercer, es de especial interés el hotel Mercer Sevilla, un hotel de lujo en Sevilla situado en el corazón del centro histórico de la ciudad, cerca la Plaza Nueva y junto a la emblemática Plaza de Toros de la Masestranza.
El Hotel cumple con cada una de las características que definen a un hotel boutique, pensado para satisfacer la búsqueda de exclusividad y de unan experiencia única y singular. De hecho, muchos lo consideran una de las nuevas joyas de la ciudad.
También apuesta por la conservación y puesta en relieve del patrimonio y la cultura del edificio en el que se encuentra. De hecho, la integración de lo antiguo y de lo nuevo es una de las señas de identidad de los hoteles de la cadena Mercer.
Por ello, la reforma arquitectónica de la Casa Palacio Castelar se ha encargado a la prestigiosa firma Cruz y Ortiz Arquitectos. Y el equipo de interioristas de Mercer ha sido el responsable de seleccionar todos y cada uno de los detalles del hotel: mobiliario, iluminación, arte, telas y colores, con el diseño exquisito.
Al llegar a esta joya de la ciudad andaluza podemos contemplar su elegante fachada clásica.
Al traspasar el hall, se accede a un bello patio central, con suelos de mármol, cubierto por una espectacular cúpula que baña el espacio de luz natural y armonía.
Entorno el patio se descubren los arcos y los techos altos de la planta noble del antiguo palacete, así como la majestuosa escalinata original de la Casa Palacio Castelar.
Y en centro del patio el murmullo del agua que mana de la fuente -un elemento decorativo tradicional en la cultura mudéjar- acompaña a los huéspedes. Todo ello conforma un escenario excepcional para la colección exclusiva de cuadros expresionistas del pintor Agustí Puig.
Un hotel que no dejará indiferentes a sus huéspedes prometiéndoles una experiencia única digno de todo hotel boutique que se precie.