¿Cuáles son, a vuestro juicio, los elementos básicos para la felicidad? Seguro que, si hiciéramos una pregunta en un lugar en el que estuviéramos todos juntos de manera presencial, saldrían palabras como las que destacaba la canción de “Tres cosas hay en la vida”. Esas palabras son, como seguro que ya sabéis, “salud”, “dinero” y “amor”. Siempre solemos pensar en las dos últimas. El dinero y el amor son auténticas prioridades en nuestra vida… y la salud lo va siendo a medida que nos va faltando, para qué nos vamos a engañar. Sin embargo, hay más cosas además de estas tres. Y os vamos a hablar en especial de una: la vivienda.
Sin duda, la vivienda es uno de los elementos que va a jugar una mayor importancia en lo que tiene que ver con nuestra felicidad. Se trata del lugar en el que más tiempo pasamos a lo largo del día. Recordemos que pasamos varias horas durmiendo… y otras tantas haciendo labores del hogar o descansando después de una larga jornada de trabajo. Ni que decir tiene que esos momentos que pasamos en casa son fundamentales para que estemos cómodos y cómodas y que podamos encontrar esa paz y tranquilidad que quizá nos pueda faltar a lo largo de una jornada laboral en la oficina. Imaginaos el infierno que sería nuestra vida en caso de que no fuera así.
Una de las cuestiones que hace de nuestra vivienda un espacio tan cómodo como el que merecemos es la temperatura que sentimos en su interior. Necesitamos que no haga demasiado calor durante el verano y que en los meses de invierno nos sintamos a gusto sin tener que pasar frío. Ocurre en muchos casos que una vivienda es buena para una cosa pero no tanto para la otra, cuando lo que necesitamos en realidad es sentirnos bien en ambos momentos, sobre todo teniendo en cuenta que hay muchas zonas de la geografía española que presentan temperaturas extremas tanto en los meses de invierno como en los de verano.
Uno de los asuntos que nos permite conseguir este objetivo es el aislamiento térmico, que hace posible que dentro de casa no tengamos una influencia acerca de la temperatura exterior. Casi todas las viviendas de nueva construcción disponen ya de ese aislamiento, pero debemos recordar que hay muchos edificios en España que ya cuentan con muchos años de antigüedad y que tiene que rehabilitarse para conseguir ese aislamiento del que estamos hablando. No cabe la menor duda de que este es uno de los grandes requisitos para que las personas que viven en esos pisos tengan la posibilidad de obtener la comodidad que merecen en su hogar.
Una de las cosas que también juegan una influencia muy importante en todo lo que tiene que ver con la comodidad térmica en un hogar es el suelo radiante o refrescante. En muchas ocasiones, la sensación de incomodidad térmica proviene directamente de nuestros pies, algo que no sucede por casualidad, sino porque el suelo de nuestro hogar esté demasiado caliente o frío. Tener la posibilidad de que esa temperatura se regule va a jugar un papel muy grande a la hora de que todo nuestro cuerpo se encuentre en perfectas condiciones térmicas y que desaparezcan las sensaciones de frío y calor que tan incómoda nos hacen en muchas ocasiones nuestra vida.
En una noticia publicada en la página web del diario 20 Minutos, se comenta que el suelo radiante es una alternativa bastante popular a la calefacción tradicional. De hecho, la misma noticia habla de un total de 5 ventajas que presenta este tipo de suelo, que son las que mencionamos a continuación.
- El bajo consumo energético es la primera de ellas. Y es que la reducción en la factura puede ser de entre un 10% y un 20%. Se trata de una reducción importante y más ahora que estamos más pendientes de este asunto que nunca.
- La climatización que tendremos en el hogar será ecológica, una cuestión muy positiva porque estaremos ayudando a nuestra Tierra, que ya ha sido suficientemente maltratada y a la que tenemos que cuidar si queremos seguir considerándola nuestro hogar.
- Libera espacio, porque se sitúa por debajo del suelo y hace posible que no tengamos que depender de los radiadores, que sí que ocupan un espacio en cada una de las estancias en las que se encuentran.
- Es también un sistema de climatización en frío, así que nos vale para todos y cada uno de los momentos del año. Hasta ahora, teníamos que depender de la calefacción para unos momentos del año y del aire acondicionado para los otros.
- Es más saludable y seguro porque reduce las corrientes de aire y, por tanto, que se mueva el polvo constantemente de un lado a otro.
En una noticia publicada en la página web de El Periódico de la Energía se hace referencia al suelo radiante como una palanca de cambio, mencionando a su vez algunos de los beneficios y ventajas asociadas a este asunto, especialmente cuando se está ejecutando un proyecto que tiene que ver con la rehabilitación de un edificio. Maximizar el rendimiento de aerotermias y calderas de alta eficiencia, integrarse en instalaciones centralizadas, acumular excedentes de energía solar fotovoltaica, incorporar elementos de control individual o mejorar el aislamiento térmico del edificio son solo algunas de las cuestiones que se mencionan.
Se trata de una de las instalaciones más demandadas en las viviendas hoy en día puesto que es concebido como uno de los principales generadores de comodidad en la vivienda. El suelo radiante, el protagonista de este artículo, es cada día más común en las viviendas españolas de acuerdo a lo que nos hacen saber desde Pedro Cerdán, una empresa especializada en la climatización de viviendas y cuyos profesionales son perfectamente conscientes de que las personas en nuestro país están empezando a poner por delante este sistema de climatización que otros como la calefacción o el aire acondicionado, que eran con los que veníamos conviviendo en etapas anteriores.
La vivienda, nuestra mejor aliada para una vida feliz
De todo lo que hemos comentado previamente se puede deducir que la vivienda es una de las mejores aliadas que nos podemos echar para tener una vida feliz. Si tenemos todo lo que necesitamos entre nuestras cuatro paredes, vamos a tener una mayor capacidad para disfrutar de la vida que tenemos. Pero si hay algo que nos molesta o que no nos termina de satisfacer, es evidente que vamos a tener motivos para estar incómodos y querer cambios. Ojalá que todos y cada uno de vosotros y vosotras primero hagáis un análisis de lo que creéis que os falta para tener la vida que queréis en casa. Después, llegará la hora de proceder a arreglar lo que haya que arreglar.
La felicidad está muchas veces en pequeños detalles, y en la mayoría de las ocasiones podemos encontrar esos pequeños detalles en el interior de nuestra propia casa. Por eso, os invitamos a que realicéis ese análisis del que hemos hablado y actuéis en consecuencia para conseguir todos los avances en casa que os vayan a hacer felices tanto a vosotros y vosotras mismas como al resto de vuestras familias. Quienes llevan a efecto este tipo de prácticas no suelen arrepentirse y notan una mejora en su calidad de vida prácticamente de inmediato. Ese es el objetivo que hay que perseguir y ante el que no hay que rendirse. Todo el mundo merece ser feliz y empezar por serlo en nuestra vivienda es una buena idea.
Hay algunos factores que también son importantes y que tienen que ver, por ejemplo, con la ubicación de la vivienda. Si estamos hablando de una casa que está cerca de diferentes líneas y combinaciones de transporte público, cerca de supermercados y hospitales, en la que no hay mucho ruido y cerca de la cual podemos disfrutar de zonas verdes, mejor para nosotros. Otro de los grandes factores tiene que ver con la amplitud de la vivienda. Si estamos hablando de un hogar grande, que tiene varios dormitorios, garaje o jardín, es evidente que tenemos muchas más posibilidades de alcanzar la comodidad de la que estamos hablando que si residimos en un piso de apenas 50 metros cuadrados y en el que apenas tenemos sitio para poner nuestros muebles.
Cuidar de nuestra vivienda es hacerlo tanto de nosotros mismos como de las personas que viven a nuestro lado y a las que tanto queremos. Por tanto, ha de ser una prioridad que nos preocupemos por todas esas cosas que puedan contribuir a mejorar la vida en casa y que intentemos resolver aquellos riesgos o incomodidades que detectemos. No tengáis miedo a realizar los cambios que estiméis oportuno, aunque eso implique una rehabilitación o una obra dentro de la vivienda y ocasione alguna pequeña molestia. Va a ser una inversión de futuro de la que no os vais a arrepentir y que va a marcar un antes y un después en vuestra vida en casa.