Nos encontramos en un muy buen momento para pensar en negocios ecológicos, ya que cada vez existe una mayor concienciación por cuidar el medio ambiente.
De todos los sectores, el enológico es uno de los más interesantes, y es que la tendencia de consumir vino ecológico va en aumento.
Es cierto que el consumo de vino ecológico avanza más rápido en otros países que en España, puesto que las cifras de exportación siguen siendo más elevadas que las de consumo interno, pero la tendencia va en alza, por lo que esta idea de negocio se convierte en una opción muy interesante para los amantes del vino y la sostenibilidad.
Naturaleza y vino, las rutas de enoturismo
Aunque el binomio más conocido es el de Pan y vino, tradición muy arraigada en nuestro país, lo cierto es que fue otra la pareja que nos llevaría a Cataluña años atrás.
Llevaba varios años trabajando como consultora de negocios sostenibles y mi novio trabajaba llevando un pequeño restaurante, el vino era una de sus grandes pasiones.
Estábamos algo cansados de la vida en Barcelona, siempre que salíamos de la ciudad encontrábamos una sensación de bienestar difícil de reproducir cuando volvíamos.
Al trabajar asesorando empresas en cómo ser más sostenibles, cada vez tenía más ideas de cómo reorientar nuestra profesión para poder vivir en un entorno más natural.
Me di cuenta de lo interesante que era el sector del vino ecológico, así que empecé a asistir a ferias y conferencias para informarme bien del estado del sector.
Pude comprobar que España es el mayor productor de vino ecológico de Europa con una superficie vinícola de más de 81.000 hectáreas certificadas, más de 500 operadores y más de 499 bodegas con referencia de vino ecológico.
Otra de las nuevas tendencias es el enoturismo, que también es un reflejo del resurgir ecológico sobre todo en regiones francesas como Loira, Champagne o Navarra y Cataluña.
Se trata de regiones que apuestan por el compromiso con la Naturaleza, la artesanía, el paisaje y tratan de transmitir con estos negocios ecológicos un mensaje de vida sana y respetuosa con el medio ambiente.
Al estudiar el mercado en el sector del enoturismo empecé a entender el tipo de negocio que nos interesaba con un marcado carácter internacional, lo bueno es que gracias a las nuevas tecnologías solo teníamos que ponernos las pilas y aprender todo lo que pudiéramos de Marketing Digital y Comercio Electrónico.
Nuestra idea era crear una marca de vino ecológico para vender en Cataluña y Navarra y exportar a Francia y proponer rutas de enoturismo.
Los principios no fueron sencillos, pero poco a poco, las cosas fueron mejorando, no tardamos en encargar nuestras propias copas personalizadas con nuestro propio sello. Se las encargamos a Exportcave, una empresa especializada en interesantes promocionas para empresas del sector de alimentación, bebidas y suministro de hostelería.
Entre sus servicios cuentan con el de copas personalizadas con diferentes técnicas como serigrafía y láser. Las que les encargamos quedaron realmente bien y daban un toque realmente distintivo a las catas que les ofrecíamos a nuestros clientes.
Empezamos a ultimar todos los detalles en Barcelona y conservábamos nuestros anteriores empleos mientras que nuestro nuevo negocio aún estaba empezando, pero pronto pudimos mudarnos a un pueblecito de Girona rodados de amplios viñedos.
El que más disfrutó del cambio fue nuestro hijo de cuatro años, corriendo por las calles y jugando con nuestro nuevo miembro en la familia, un mastín blanco muy simpático que nos recordaba, con cada ladrido, lo mucho que había merecido la pena el esfuerzo por vivir en el campo.