Ir al dentista no es una cita que nadie espere con ganas. Pero dentro de lo que cabe, lo que esperas es que te traten bien, te solucionen lo que tienes y no te cobren de más. El problema empieza cuando lo que parece una clínica normal termina siendo una estafa. No hace falta que seas ingenuo para caer en una; muchas veces el engaño está tan bien montado que incluso personas con experiencia acaban picando. Lo peor es que este tipo de fraudes no son cosa de una sola ciudad ni de un tipo concreto de clínica. Están por todas partes y tienen distintas formas. Por eso es importante saber identificarlas antes de que sea tarde.
En los últimos años han salido varios casos en los medios que muestran hasta dónde puede llegar el negocio fraudulento en algunas clínicas dentales. Y lo más preocupante es que muchas veces las víctimas no son solo personas mayores o sin recursos, sino gente corriente que simplemente fue a hacerse una limpieza o pedir presupuesto. Aquí te explico todo lo que debes tener en cuenta para no convertirte tú en el siguiente.
Casos reales que han salido a la luz
Para empezar, es imposible hablar de estafas dentales sin mencionar uno de los escándalos más conocidos: el de iDental. Esta cadena de clínicas prometía tratamientos accesibles a personas con pocos recursos. Hasta ahí, todo parecía bien. El problema fue que no solo dejaban tratamientos a medias o mal hechos, sino que también firmaban créditos a nombre de los pacientes sin que muchos lo supieran. En algunos casos, ni siquiera se había iniciado el tratamiento y ya se estaba cobrando el préstamo. El desastre fue tan grande que acabó en los tribunales y con miles de afectados por toda España.
Otro caso reciente que llamó la atención fue el de una joven que compartió su experiencia en redes sociales. Fue a una clínica dental porque quería hacerse una limpieza. Lo típico. Pero salió con un presupuesto de más de mil euros por radiografías, tomografías y otros procedimientos que, según ella, ni pidió ni necesitaba. Le insistieron para que firmara rápido, aprovechando que había promociones solo ese día y que podía financiarlo sin problema. Al darse cuenta de lo que pasaba, intentó cancelar todo, pero ya había firmado papeles y le habían cargado dinero en la cuenta.
Y no es la única. En todo internet podemos ver cientos de ejemplos parecidos. Pacientes que fueron por una consulta sencilla y acabaron atrapados en una cadena de presupuestos inflados, diagnósticos dudosos y tratamientos innecesarios. Hay quien fue por una caries y terminó con un implante que no necesitaba. O personas mayores que firmaron contratos sin entender bien lo que ponía porque nadie se lo explicó claro.
Qué tipo de estafas dentales pueden encontrarse
Cuando hablamos de estafas dentales, no estamos hablando solo de una clínica que te cobra caro. Una clínica puede ser cara y no por eso estar estafando. El problema empieza cuando te hacen pagar por cosas que no necesitas, o cuando te presionan para que firmes sin darte tiempo a pensarlo. Estas son algunas de las formas más comunes de fraude que se han visto en España:
- Diagnósticos falsos o exagerados.
Te dicen que tienes varias piezas mal, que hay infecciones, que necesitas endodoncias urgentes… y resulta que todo eso es mentira o exagerado. A veces, ni siquiera te enseñan bien las pruebas. - Tratamientos innecesarios.
Esto va de la mano del punto anterior. Si no estás seguro de lo que tienes, es fácil que te convenzan de que necesitas un implante, una ortodoncia o un blanqueamiento urgente. - Presupuestos que no se explican bien.
Muchas clínicas muestran precios base muy bajos para atraer, pero luego van sumando extras sin que te enteres. Al final pagas el doble de lo que pensabas. - Financiaciones con letra pequeña.
Una de las más peligrosas. Te ofrecen pagar en cuotas y firmar rápido, pero resulta que estás aceptando un préstamo con un banco externo. Y si luego decides no hacerte el tratamiento, ya estás atrapado con una deuda que ni sabías que tenías. - Falsos descuentos o promociones agresivas.
“Solo hoy te dejamos el tratamiento a mitad de precio”, “si firmas ahora mismo te hacemos todo sin intereses”… Son formas de presionarte para que tomes decisiones sin pensar. - Tratamientos mal hechos o a medias.
Personas que pagaron por ortodoncias que nunca se terminaron, implantes mal colocados, carillas que se caen al mes… Y cuando vas a reclamar, te dan largas o ya han cerrado.
Señales de alarma que no deberías ignorar
Una clínica dental no tiene que parecer de lujo ni tener sillones de diseño para ser fiable. Pero sí hay ciertas señales que conviene tener en cuenta y que deberían hacerte sospechar si se dan más de una. Desde la Clínica Dental HQ Tenerife han señalado algunas red flags que merece la pena tener claras, porque ellos también han visto cómo funcionan estas estafas desde dentro.
- Demasiada prisa para que firmes.
Si te están insistiendo en que decidas rápido, que aproveches una promoción o que no te lo pienses mucho, desconfía. Una clínica seria te da tiempo para valorar las opciones y consultar si hace falta. - Diagnóstico sin explicaciones claras.
Te enseñan una radiografía borrosa, te sueltan un montón de términos que no entiendes y te dicen que necesitas varios tratamientos. Pero cuando preguntas detalles, no te lo explican con calma o cambian de tema. - No entregan presupuesto por escrito.
Esto es básico. Si no te dan un presupuesto detallado, con precios por cada cosa y posibilidad de pensártelo, mal asunto. No firmes nada en ese momento. - Contratos que no se entienden.
Te ponen a firmar documentos larguísimos sin explicarte qué son. O te dicen que “solo es un papel de aceptación”, pero en realidad estás autorizando un préstamo o un tratamiento. - Promesas demasiado buenas.
“Te dejamos la ortodoncia a mitad de precio y sin intereses”, “te regalamos el blanqueamiento”, “te garantizamos que no vas a pagar más”… Cuando algo suena demasiado bonito, suele esconder algo. - Malas valoraciones en internet.
No es que todas las opiniones en internet sean fiables, pero si ves muchas reseñas negativas que hablan de lo mismo (presión, estafas, tratamientos malos), mejor busca otro sitio. - Cambios constantes de personal.
Una clínica donde nunca ves al mismo dentista, donde los recepcionistas cambian cada mes o no te pueden decir quién te va a atender, genera poca confianza. - No te dejan llevarte las pruebas.
Si haces una radiografía o un escáner, tienes derecho a tener una copia. Si te dicen que no pueden darte nada porque es interno, algo no cuadra.
Cómo protegerte sin necesidad de ser experto
Nadie espera que seas odontólogo para entender si un tratamiento es correcto o no. Pero sí puedes tomar ciertas precauciones básicas para evitarte problemas:
– Siempre pide presupuestos por escrito y con el detalle de cada tratamiento.
– No firmes nada el mismo día si no lo tienes claro. Llévate los documentos a casa y léelos con calma.
– Si te ofrecen financiación, pregunta con qué entidad trabajan y qué condiciones tiene.
– Consulta con otro dentista si no estás seguro del diagnóstico. Una segunda opinión puede ahorrarte mucho dinero y disgustos.
– Mira las reseñas online, tanto en Google como en foros o redes sociales.
– Exige que te expliquen todo con claridad. Tienes derecho a entender qué te van a hacer y por qué.
– Guarda todos los papeles, facturas, contratos y correos. Si hay problema, te servirán como prueba.
– Si ya has sido víctima de una estafa, no te calles. Puedes denunciar, acudir a una asociación de consumidores o pedir asesoría legal.
¿Qué hacer si ya te han engañado?
Lo primero es respirar hondo y no pensar que es culpa tuya. Estas clínicas juegan precisamente con que la gente no entienda bien lo que firma o se fíe demasiado. No eres el primero ni serás el último. Lo siguiente es recopilar toda la documentación que tengas: presupuestos, facturas, correos, fotos si las tienes. Si has firmado un crédito, pide copia del contrato y contacta con la entidad financiera.
También puedes acudir a alguna asociación de consumidores como FACUA u OCU. Tienen experiencia en este tipo de casos y pueden orientarte sobre qué pasos seguir. Si el engaño ha sido grave, puedes denunciar por vía penal, sobre todo si hay fraude documental o negligencia médica. No será rápido ni fácil, pero hay sentencias a favor de los pacientes en situaciones parecidas.
No todo el mundo quiere aprovecharse de ti
Es importante terminar diciendo algo obvio, pero que a veces se olvida: no todas las clínicas dentales son una estafa. La mayoría hacen bien su trabajo, tienen profesionales formados y se preocupan de sus pacientes. Pero precisamente por eso, cuando aparecen las que sí juegan sucio, hay que señalarlo y tomar precauciones. Porque un mal tratamiento dental no es como comprarte unos zapatos defectuosos. Puede afectarte la salud durante años.
No hace falta vivir con miedo ni desconfiar de todo. Solo hay que ir con los ojos abiertos, hacer preguntas, pedir explicaciones y, sobre todo, no dejarse presionar. Tu salud bucodental no puede ser una excusa para que alguien haga negocio a tu costa. Y si tienes dudas, recuerda: siempre puedes consultar otra opinión antes de tomar decisiones.